Hablamos sobre lo que sería la cena, porque eso era, una simple cena informal donde conversaríamos de todas las cosas malas que nos sucedieron mientras bebíamos muchísimo vino. No me opondría a mucho vino y una cálida conversación, por ello accedí a asistir, más que nada porque habría un minúsculo pastel y una tarta de postre. Era divertido cuando era niño. Mi madre organizaba una gran fiesta, había globos, payasos diabólicos y una enorme cantidad de personas que no conocía. Luego, cuando fui adolescente, comenzaron las bebidas a escondidas y los videos vergonzosos de cumpleaños anteriores. Una vez que fui algo parecido a un adulto, iniciaron las fiestas con strippers, muchísimos alcohol y borracheras abismales. Podría decir que tuve todas las facetas, hasta las que odiaba.
—Los esperaré
