JENNY Me desperté en su cama y lo vi mirándome en una silla frente a la cama. Gruño y me levanto corriendo y cargo hacia él. Estaba mirando al vacío, así que cuando oyó mis pies aterrizar en el suelo no tuvo tiempo de reaccionar. Caímos hacia atrás. Las chispas corrían por mi cuerpo, pero eso era porque le estaba dando puñetazos en la cara. —¡TE ODIO!— Gruñí y puedo ver mis ojos marrones brillantes en sus ojos. Intentó agarrarme de la muñeca, pero yo seguía dándole puñetazos. —¡¡¡POR QUÉ HACES ESO!!! ¡TE ODIO!— Sentí que se me caían las lágrimas y estaba confundida, pero solo quería pegarle toda mi rabia en la cara. Gruñó y nos volteó y ahora estaba a horcajadas sobre mí. Gruñó y me inmovilizó las manos a los lados de la cabeza. —Para, colega—. Dijo calmado, pero sus ojos contaban u