—Entonces, como no me lo dirás ahora. Creo que deberías dejar de acorralarme y permitirme que vuelva a mis asuntos o a tus asuntos — con tono desafiante. —¿Tus asuntos? —haciendo una mueca. — Sabes ¿Cuáles son tus asuntos?. —Claramente, el de trabajar, hacer informes, llamadas todo lo que debe hacer una asistente y sobre todo demostrarte a ti y al resto que soy eficiente... que puedo ser una buena . ¿O no es por eso que me contrataste? — La verdad Anabel, en este momento no me apetece que vuelvas a tu escritorio — acortando la distancia que los separaba —Pero ¡¿ Qué es lo que estas haciendo?! — abriendo los ojos como platos — Algo que debí de hacer hace mucho tiempo atrás — si antes tenía la nariz apoyada en la mejilla de Anabel, ahora sus labios estaban tan cerca que se podía escucha