Las nubes que se alcanzaban a ver desde la ventanilla parecían borlas de algodón, sus pensamientos vagaban de uno a otro sin lograr concretar uno solo en realidad, estaban a solo una hora de aterrizar y luego, de nuevo Palermo los recibiría, no había mucho por decir, regresaban para ver a Zeus, para entender que en verdad no había muerto, Hades desviaba su mirada hasta Alice quien contaba un cuento a sus hijos, no quería perder aquello que después de tanto tiempo había conseguido, aun cuando en el pasado se dijo así mismo hasta el cansancio que no podía ni debía formar una familia, allí estaba en ese justo momento, viendo a sus tres hijos y el abultado vientre de Alice junto a él, una sonrisa se dibujaba en su rostro, al mismo tiempo que las muchas dudas volvían a asaltarlo, ¿Era correcto regresar? El sabia la respuesta…no lo era, arriesgaría de nuevo a todos por su afán de venganza y aun así…no estaba dispuesto a dar un paso atrás, quizás, para cualquiera fuera de su piel aquel acto le parecería el mas egoísta…realmente lo era, vengarse de su demasiado odiado progenitor era todo lo que había deseado siempre, desde que era un pequeño traumatizado que miraba a su madre con su rostro amoratado y sangrante, solo era un niño que aprendió a odiar demasiado pronto, no tenía más opción que vengarse, hacer que aquel bastardo que le había dado el ser junto a su amada madre, pagara por sus muchos crímenes contra aquella hermosa mujer que durante mucho tiempo fue su todo…de lo contrario, aquel dolor que no se iba nunca a pesar de tenerlo todo para ser completamente feliz, jamás lo abandonaría, el odio atroz que tenia por Krónos, era tanto que no podría soportarlo, durante demasiado tiempo tan solo había soñado principalmente con una cosa, tener a su maldito progenitor de rodillas ante la tumba de Zinerva Dogaru, hacer que le suplicara perdón a aquella mujer cuyo único crimen había sido ser forzada a contraer nupcias con un maldito perro que carecía de alma, mirando a Alice, su amada esposa de nuevo, Hades apretó los nudillos hasta hacerse daño, ¿Cómo era posible? El tan solo podía ver en aquella hermosa mujer al amor de su vida, deseaba protegerla, ocultarla del mundo y su crueldad junto a sus hijos, no lograba entender ni un poco a ese maldito de Krónos, ¿Por qué razón lo había hecho? ¿Qué en el mundo lo llevo a concluir que masacrar hasta la muerte a su esposa y traumatizar a sus hijos era lo correcto? No tenia alma, eso era un hecho, porque de tenerla no se habría atrevido, Krónos no era un ser humano, era un demonio por completo, el mas cruel de ellos, mirando a Alice, una amorosa mujer y madre que lo daba todo por su familia, recordó que su madre habría sido igual a ella…sin embargo, su cruel esposo que decidió ser su verdugo en vez de su protector, había robado todo atisbo de dicha en su vida, rebajándola a nada, a la mas dolorosa nada, un ser sin voz, voto o voluntad que vivió sufriendo y murió sufriendo…Hades seguía sin entender porque Krónos nunca sintió deseos de proteger a su esposa y prefirió martirizarla hasta el final de sus días…el, simplemente podría mirar a su amada Alice toda la vida…y jamás le cruzaría por la mente el hacerle daño, jamás podría lastimarla…jamás podría asesinarla…el, era capaz de darlo todo por ella y sus hijos, incluso su propia vida.
Zeus miraba aquella vieja pintura, había logrado que uno de los sirvientes la sacara del desván en la mansión Dogaru, en el, podía apreciar la hermosa y delicada figura de su madre, él la había pintado con Hades, de unos doce años, junto a ella, mirando a aquellos ojos de zafiro para siempre inmortalizados en las fotografías y pinturas que le había hecho, sentía demasiada nostalgia, Zinerva había sido una mujer de extraordinaria belleza, rubia, de facciones delicadas, parecía toda una frágil princesa, había sabido que su padre se había obsesionado con ella desde el momento en que la vio y por ello, la había comprado a sus padres, su madre jamás lo dijo directamente, sin embargo, muchas veces la vio suspirando en las ventanas mirando hacia la nada, ella no estuvo jamás de acuerdo con ser la esposa de aquel hombre vil y despreciable que era Krónos, se preguntaba si acaso su madre alguna vez había amado a alguien como una mujer ama a un hombre, ¿Habría existido alguien así para ella? Dejando caer una lagrima esperaba que hubiese sido así, pensar que su madre solo había conocido el sufrimiento era demasiado doloroso.
Caminando en su lujosa habitación de hotel, Zeus no podía dejar de mirar aquella pintura, la había acomodado en una mesita de noche junto a su cama, mirando ahora a la joven figura de su hermano menor, frunció su ceño con un deje de enojo, volverían a verse una vez más, tocándose el pecho de manera instintiva, recordó el rostro de su hermano aquella noche en que le había disparado por vez primera, aquellos ojos zafiro en la pintura, se mostraban tan rebeldes como habían sido siempre, Hades no era un hombre que arrojara una promesa a la ligera, vivía sus emociones a flor de piel, nunca se reservaba nada para si mismo, ira, tristeza, alegría, temor…todo lo mostraba tal cual lo sentía, era completamente sincero y trasparente con sus emociones, deseaba ser como el, que le resultara tan sencillo enfurecerse como llorar, tocándose el rostro humedecido sintió aquellas lagrimas que escapaban desde sus ojos, una sonrisa se dibujo en sus labios, Alice había sido quien le enseño a llorar, hasta antes de aquel día en que en el baño de aquel lugar donde la mantenía secuestrada ella lo abrazo sinceramente y le ofreció su amor y comprensión, que le mostro que le mundo si era un lugar hermoso, solo hasta ese día fue capaz de llorar, siempre, desde que era un niño indefenso, no se le permitió derramar una lagrima…primero su padre se lo había prohibido alegando que al ser el mayor y el heredero, no podía mostrarse jamás débil ante nadie, luego, el mismo se lo había prohibido guardando cada dolorosa emoción o sentimiento para si mismo, le dolía, aquello le dolía, pero no podía llorar solo así como hacían todo, Alice había cambiado eso y por ello, la había amado mucho mas de lo que había hecho desde que la conoció…Hades y el eran diferentes, y aun así, eran hermanos…volverían a verse, se enfrentarían de nuevo por el amor de aquella hermosa mujer que ambos amaban…aunque cuando el sabia que aquello era un caso perdido.
Recuerdos de amargura, de demasiado dolor, viejas heridas nunca sanadas por completo, dos hermanos que volverían a verse, dos mujeres que marcarían sus destinos.