La visita del padre, el rechazo del hijo

1872 Words
El dolor punzante de cabeza no lo dejaba abrir las cortinas de la lujosa suite en donde se hallaba dormido, no toleraba la luz del sol que se hallaba afuera cuando se encontraba en aquel deplorable estado, sin duda, igual que siempre se arrepentía de haber vaciado varias botellas de vino, sin embargo y a pesar de ello, sus borracheras volverían a repetirse, había sido así durante esos años en que no hacia mas que extrañarla, a la hermosa Alice Wright de quien siempre había estado enamorado, las palabras dichas por Jaqueline habían dolido, era cierto, Alice jamás lo miraría de la misma manera en que miraba a Hades, de alguna manera que aun no lograba comprender, ellos se habían enamorado del otro, aquello era irónico, demasiado irónico, su hermano menor, aquel al que durante muchos años desprecio y odio, y ella, la mujer que había logrado cautivar cada uno de sus sentidos desde el momento en que la conoció, realmente ¿Qué posibilidades había de que aquello ocurriese? Sin duda alguna, el dios al que oraba su madre lo despreciaba y se divertía mucho viéndolo sufrir, él, la había conocido mucho antes que Hades, incluso, había conspirado para que el mediocre esposo que tenia la abandonase y asegurarse el camino libre, aunque realmente, uno nunca sabia para quien terminaba trabajando, sin saberlo, le había dejado libre el camino a su infame hermano menor y todo se había acomodado casi mágicamente para que se conocieran y enamoraran, esa demasiado irónica situación lograba sacarle la risa, las cosas le habían resultado terriblemente mal e incluso, después de haberla secuestrado, ella siguió pensando en Hades de manera inconsciente, eran perfectos el uno para el otro, como el Yin y el Yang, dos fuerzas fundamentales, opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas y que eran la mejor representación de lo que era la unión de Alice Wright y Hades Dogaru, un complemento del otro…y aun así, él no podía aceptarlo, quería que la hermosa artista de paleta fuese únicamente suya, que lo amara a el como amaba a su hermano, no podía rendirse, ya lo había intentado, y el dolor de no hacer nada era incluso peor que el de no tenerla, seguiría peleando por ella, aunque aquella fuese una lucha perdida. Mirando el televisor con el volumen bajo y tolerable para su malestar matutino después de una noche de borrachera, la miro allí, “Alice Wright anuncia esta mañana su regreso a Palermo con una nueva Galería en el Palazzo Abatellis”, era la misma hermosa mujer que él había conocido y de la cual se había enamorado, su vientre estaba hinchado, estaba embarazada, eso ya lo sabía, tendría un nuevo hijo junto a Hades, aquella noticia de su inesperado regreso, no lo sorprendió en lo absoluto cuando vio la nota siguiente que hablaba de su misterioso retorno después de años desaparecido, para eso era que se había presentado en un lugar público, la noticia no demoraría en dispararse como la pólvora y llegaría hasta ellos, que, por supuesto, los haría regresar en el acto, Hades querría terminarlo, eso era un hecho, por más que Jaqueline asegurara que no era de tales manera, el, muy en el fondo, sabia que seria así, su resurrección por segunda vez del mundo de los muertos, pondría en peligro la felicidad de su hermano, aquella pelea quizás, no terminaría nunca. El sonido de toquidos en su habitación lo enojo, había pedido no ser para nada molestado, no se sentía de humor para tolerar ni siquiera a la mucama, aunque, recordaba haber pedido un poco de huevos con tocino y una jarra de jugo de naranja para desayunar, apresurándose a abrir, no fue a la mucama con su desayuno lo que observo, era nada mas y nada menos que el mismísimo Krónos Dogaru en persona, que, seguramente alertado de su presencia en el sitio, acudía a verle. – Por un momento creí que seria mi desayuno, esta no es una grata sorpresa – dijo Zeus sintiendo como su padre lo empujaba de lado para introducirse en su suite. Krónos, observo a detalle el desorden de aquella habitación, podría esperar tal desorden de Hades, pero nunca de Zeus, botellas vacías de whisky costoso y barato yacían regadas por todas partes, su ropa de cama estaba sobre el suelo revuelta con ropa que su hijo solía usar normalmente, girando su vista hacia su hijo mayor, pudo verlo hecho una completa ruina, aquel hombre frente a él no se parecía en nada al Zeus elegante y distinguido que había conocido siempre, parecía una burda burla de lo que su heredero una vez fue, habían sido tres años sin tener idea de lo que había sido de él, incluso, lo había dado por muerto. – Te ves como la mierda, pero me alegra saber que sigues con vida, he tenido que hacerme cargo de todos los estresantes asuntos familiares en tu ausencia, eres el nuevo líder de los Dogaru, dime ¿En donde estabas? Te busque por todas partes y jamás pude encontrarte, parecía que te había tragado la tierra, incluso llegue a pensar que te habías unido a tu madre en el infierno – dijo Krónos con enojo sin dejar de mirar a la piltrafa ebria que tenia enfrente que lucia la misma estampa del mayor de sus hijos. Zeus, apretó sus puños ante aquellas ultimas palabras dichas por su padre, su madre, si estaba en algún sitio, definitivamente no seria en el infierno que sí que merecía el, quería asesinarlo allí mismo, pero sabía que no podía, no aun…   – De haber muerto, estoy seguro de que no habría tenido la dicha de volver a ver mi madre, ella de ninguna manera podría estar en el infierno, márchate – dijo Zeus con verdadero enojo. Krónos sonrió, esa era la primera vez en toda su vida que Zeus se atrevía a hablarle de tal manera, siempre había sido el hijo perfecto que obedecía a su voluntad sin rechistar, quizás, por respeto, mas seguramente, por miedo, aun podía ver en el hombre al niño tembloroso que se quedaba paralizado cuando golpeaba a su madre, acercándose hasta el, lo abofeteo con fuerza arrojándolo sobre el suelo y reventando su labio que comenzó a sangrar, el no era Hades, no tenia las pelotas para oponerse a él, seria siempre su sumiso hijo perfecto y quien tomaría las riendas de los Dogaru en su lugar, era el único que podía tomar el mando, Hades lo había mandado directo al demonio cuando le ofreció la rienda de la familia antes de marcharse a Estados Unidos. – Si yo digo que Zinerva esta en el infierno, es porque así es, no te atrevas a levantarme la voz de nuevo, no eres nada sin mí, sin mi apellido, sin duda habrías muerto en realidad, no intentes parecerte a Hades, tu siegues siendo la misma niñita asustada que has sido y serás siempre – dijo Krónos con desdén y arrogancia. Zeus, mirando los costosos y elegantes zapatos de su padre, sonrió, ¿Ser como Hades? ¿En verdad Krónos creía que el deseaba ser como su hermano? Quizás durante mucho tiempo así fue, pero no en esos últimos días que había vivido, se había cansado de ser una sombra nada mas y por ello, es que había regresado, para demostrar quien era en realidad, el era Zeus Dogaru, no necesitaba ser nadie mas que si mismo. Levantándose del suelo, escupió la sangre que manaba de su boca al suelo y luego sonrió hacia su padre logrando desconcertarlo por un momento. – Tres años tuviste que asumir de nuevo el mando de los Dogaru, ¿Qué ocurrió? Déjame adivinar, mi hermanito mafioso te mando al infierno en cuanto se lo propusiste, tú me necesitas, yo a ti no te necesito, veras padre, todo este tiempo que estuve lejos de todos ustedes, me la pase demasiado bien, me cogí a cuanta mujer quise, me embriague hasta perder la conciencia, sin embargo, no solo a eso me dedique, tengo dinero, tanto como tu lo tienes, tienes razón, tu apellido es lo único que nos ha resultado de beneficio a ambos, a Hades y a mí, por supuesto, el consiguió su mafia imperial, yo construí mi reino en otro país, diría que te quedaras con tu legado asesino, no lo necesito ya para conseguir lo que realmente he deseado, sin embargo, sabes que no será así, los Dogaru son míos, por escrito y firmados, el liderazgo familiar sigue siendo mío, lo he verificado, no cambiaste nada en mi ausencia porque ya no puedes hacerlo, una bonita clausula de tus ancestros, “un antiguo líder no puede retomar de nuevo el liderazgo” así decía, será mejor que disfrutes de tus últimos días de comodidad, porque no te dejare vivir sin consecuencias como haz hecho siempre, y entérate de algo de una vez, yo no soy Hades, tienes razón ello, yo, soy Zeus, tengo mi propia manera de hacer las cosas, no estoy mas bajo tu mandato, y como seguramente mi hermanito te dijo, puedes irte al demonio, no quiero saber nada de ti – dijo Zeus con altivez y arrogancia mostrando su porte elegante de siempre con mayor orgullo. Krónos apretó los puños, Zeus lo había descubierto, aquel secreto del contrato por el liderazgo familiar, era imperdonable, su hijo mayor, había cambiado. Levantando su puño con intención de golpearlo nuevamente, no cabía en asombro cuando Zeus detuvo su golpe y le arrojo uno propio que lo derribo sobre el suelo haciendo sangrar su nariz. – ¡Como te atreves a golpear a tu padre! – grito Krónos incrédulo ante lo que acaba de ocurrir. Zeus lo miro con frialdad e indiferencia. – No soy más ese niño asustado al que traumatizaste, y tú, no eres el mismo joven vigoroso que eras entonces, soy más fuerte que tú, en todo aspecto, tu eres un viejo débil y acabado, y te hare entender que lugar es este que ahora ocupas, ahora lárgate, o hare lo que Hades ha deseado hacer contigo por años – dijo Zeus con elegancia y frialdad acomodándose la camisa ensangrentada. – Jamás había sido tratado así en toda mi vida, pagaras por esto, tu y tu hermano, lo pagaran – dijo Krónos saliendo de la lujosa suite con verdadera furia. Zeus sonrió con malicia para sí mismo, todo había dado comienzo, el momento de las venganzas y los resentimientos había llegado…mirando su celular, pudo ver un mensaje de Jaqueline queriendo saber si se encontraba bien, y esta vez una sonrisa diferente se dibujo en sus labios.   En Estados Unidos, mucho movimiento había en aquella hermosa mansión sobre la colina. – Esta todo listo, pero, ¿Realmente crees que si sea él? – cuestiono Alice con preocupación. – Se que es, esta vivo, mi hermano sigue con vida – dijo Hades aun sin poder salir de la impresión de saber que Zeus estaba vivo…y había regresado.   La visita del padre, el desprecio del hijo, aquel doloroso drama familiar, había terminado de desatarse, los hermanos que odiaban al padre, el padre que despreciaba a los hijos, y mucho dolor por delante podría vislumbrarse.  
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