María Isabel suspiró, aliviada por la aparente aceptación de quien fuera su pareja. Ver a Aldo tan comprensivo le provocó una mezcla de alivio y gratitud. Después de seis años juntos, sabía que su relación había pasado por altibajos, pero siempre había esperado que pudieran superar cualquier obstáculo juntos. —Gracias, Aldo. Aprecio tu comprensión. Espero que esto nos ayude a seguir adelante —mencionó suavizando el tono de su voz. Aldo sonrió más ampliamente y se acercó a ella, envolviéndola en un abrazo cálido y protector. Le acarició el cabello con ternura. —Claro, Mabel. Quiero lo mejor para nosotros, y si esto es lo que necesitas, entonces también lo apoyaré —respondió Aldo, acercándose para besarla en los labios—, eso quiere decir que ya no hemos terminado, ¿cierto? María Isabel