Algo había caído al suelo, provocando un estruendo que los hizo separarse abruptamente. —¡Oh, Dios! —exclamó Mabel, dando un paso atrás y llevándose una mano al pecho, sorprendida por el ruido. Tommy también retrocedió, sus deseos fueron interrumpidos por el sonido. —Déjame ordenar esto —propuso Tommy, agachándose para recoger los papeles dispersos. Mientras ambos se inclinaban para recoger los documentos, una copiadora cercana se encendió de repente, emitiendo un zumbido y comenzando a hacer copias sin que nadie la hubiera activado. Mabel y Tommy se miraron sorprendidos. —¿Qué demonios...? —murmuró Tommy, mirando alrededor, tratando de entender lo que estaba pasando. El zumbido de la copiadora llenaba la oficina con un ruido inquietante. Las luces parpadearon brevemente, sumiendo la