En la tarde Tommy se familiarizaba con su nuevo entorno y se ganaba la simpatía de Fedra, Aldo regresó al despacho y observaba desde su oficina, tramando una manera de desacreditarlo. Determinado a demostrarle a Mabel que había cometido un error al contratarlo, decidió encargarle a Tommy una tarea que creía que no podría completar con éxito. Aldo salió de su oficina y se dirigió hacia donde estaban Tommy y Fedra. —Moore, necesito hablar contigo un momento —ordenó Aldo, a secas. Thomas alzó su vista, lo miró con seriedad, asintió y siguió a Aldo hacia su oficina. Una vez dentro, Montemar cerró la puerta y se volvió hacia Tommy con una expresión seria. —Tenemos un caso muy complicado que acaba de llegar. Quiero que te encargues de él —ordenó Aldo, lanzando un expediente grueso sobre el