—¿Todo en orden? —preguntó María Isabel al notar como el semblante de él cambió de inmediato. Ella sintió un escalofrío al mirar la expresión dura con la que Aldo la observaba. «Seguro es por él, que me rechazas. Pero ese infeliz tiene los días contados» —Nada que no pueda controlar, cariño. —Fingió una sonrisa, la miró con atención, como tratando de adivinar sus pensamientos. «Solo espero que no te hayas involucrado con él, eso no lo podría soportar» decretó en la mente. Mientras tanto Tommy en el despacho estaba concentrado en su trabajo, revisando documentos y preparando informes. De pronto, su móvil sonó. Al ver el número, se levantó y se dirigió a una esquina más privada de la oficina. —¿Cumpliste tu misión? —preguntó la voz al otro lado de la línea. —Necesito verlos en perso