Cómo todo hombre de negocios William había agregado a su agenda el recoger a Daphne de la universidad, había dejado la consigna a su abogado de redactar el contrato matrimonial, agregando con suma importancia cada detalle. Tenía que darse prisa, ninguno de los dos quería mantener la farsa durante mucho tiempo, por lo tanto, tenían que apresurar las cosas tanto como pudieran. A su agenda también agrego algunas citas con Daphne, era importante que la gente de su círculo social comenzará a verlos juntos como pareja, mientras más pronto anunciarán su compromiso, más pronto se casarían y por lo tanto más pronto recibiría Daphne su herencia.
Sentado en su despacho pensó que está situación no podía ser más extraña.
Hasta apenas un par de días la idea de casarse no era una opción, William tuvo infinidad de oportunidades para contraer matrimonio, pero siempre se había negado a relacionarse por más de una noche con cualquier mujer. William era el hombre más cotizado de New York, cualquier mujer habría estado feliz de ser quien logrará que él se estableciera sentimentalmente, pero él no estaba interesado, a él le gustaba su libertad por qué eso implicaba que podía seguir saliendo de fiesta y tener encuentros casuales con tantas mujeres como le fuera posible, pero en este momento una boda con Daphne era su única salida.
—Te traje el informe de la última campaña, todo está en orden, las cifras se han elevado, las últimas semanas— expresó Henry, era casi tan alto como William, de ojos azules y bien parecido, además de ser el vicepresidente de Bass Company también era su mejor amigo.
— necesitamos concertar una cita con los proveedores ¿Que tal hoy en la tarde? — cuestionó mientras repasaba los documentos que sostenía en sus manos
—No puedo tengo que recoger a Daphne en la universidad— respondió William destapando una botella de agua
—Bien entonces les pediré que vengan maña... ¿Que dijiste? que harás tú en una universidad— cuestiono Henry
—Ya lo dije, tengo que ir por Daphne Taylor— Respondió de forma natural, como si llevará semanas o meses haciéndolo
—¿La misma Daphne Taylor que conozco? ¿porque irás por ella? no me digas que su padre te ordeno en su lecho de muerte que velaras por su hija— Inquirió su amigo
—Estoy saliendo con ella— soltó, Henry mejor que nadie sabía la situación de la empresa, había mucho que resolver, también sabía que su padre había perdido mucho en apuestas y que le era imposible disponer de sus cuentas personales, pero no tenía los detalles, era algo de lo que William no quería hablar ni siquiera con él.
—Debe ser una broma, tú no sales con nadie, solo tienes sexo ocasional y después no vuelves a verlas ¿esperas que crea que estás saliendo con Daphne Taylor? — Lo que Henry decía no era exagerado, William jamás había tenido algo serio con nadie, sus relaciones no duraban más de una semana y jamás se enredaba con universitarias.
—¿Desde cuándo te interesante en ella y desde cuándo ella se interesó en ti? solo me fui una semana y resulta que estás en una relación— espetó asombrado
—No hagas un escándalo, solo pasó, le di el pésame por la muerte de su padre, charlamos y una cosa llevo a la otra— Aunque era su mejor amigo, nadie debía enterarse del acuerdo, tenía que quedar solo entre ellos.
—¿Estás ebrio? ¿ingeriste drogas? — cuestiono Henry preocupado, William Esbozo una sonrisa, eso era lo mismo que el había pensado cuando Daphne se plantó en su oficina. De verdad era algo descabellado pensar en esos dos juntos.
—Se que es difícil de creer, pero es cierto, tú mismo puedes preguntarle a ella— William se estaba impacientando
—Disculpa mi asombro, pero ustedes son como el agua y el aceite jamás nadie la imaginaria en una relación, esto es algo que debo ver— William rodó los ojos, Henry sería la persona más difícil de convencer pues lo conocía como a la palma de su mano.
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Daphne se encontraba alistándose para ir a la universidad, tomo una pequeña falda color vino y unos botines con plataforma, se colocó una blusa n***a de cuello alto y mangas largas, su maquillaje siempre era ligero, su cabello estaba suelto, aunque no parecía desarreglado, su forma de vestir sumado a su forma de ser la hacían ver un poco ruda y juvenil, al fin y al cabo, aún era una universitaria. Estudiaba en una de las mejores universidades, por lo cual muchas de sus compañeras vestían de forma diferente a ella, todas con ropa de diseñador, siempre con lo último en la moda, al verlas solo podía pensar que cualquiera sería más del tipo de William, cualquiera menos ella.
Se encontraba en el último año de universidad, en los tres años que ya había cursado nunca había entablado amistad más que con una chica, Allison Smith.
Allison era su única amiga, sus padres eran socios en la empresa T Group la cual pertenecía a la familia de Daphne, el giro era el mismo que Bass Company y aunque está era mucho más pequeña Adam Taylor era muy bueno en los negocios y había logrado amasar una gran fortuna.
Al salir de la universidad Daphne enseguida reconoció aquel convertible n***o era un BMW, recargado en el lujoso auto se encontraba William.
—Llegaron por mi— le dijo a su amiga quien se quedó con cara de asombro
—¿Por qué ese hombre viene por ti? ¿Estás teniendo sexo con ese tipo? — cuestionó Allison
—Me casaré con el— dijo Daphne y sin más explicaciones avanzó hasta aquel hombre.
Se paró frente a él, todas las chicas los veían sin disimular y murmuraban sobre ellos.
—Deberías besarme, es nuestra primera cita y sería aún más creíble— sugirió William con una sonrisa
—No gracias— declaro Daphne, el solo se encogió de hombros y le abrió la puerta del auto caballerosamente para que subiera y después el también subió al auto
—¿A dónde quieres ir? — cuestionó
—Tengo hambre, vayamos a algún sitio que frecuentes a menudo donde haya buena comida— Le indico ella.
William la miro fijamente, al sentarse su falda se levantó un poco más y él pudo apreciar sus lindas piernas. La veía sin disimular, era un sin vergüenza, Daphne al notar su mirada lasciva tiró un poco la tela de su falda, William sonrió nuevamente al ver que la ponía nerviosa, se acercó a ella, estaba muy cerca, el corazón de Daphne latió con fuerza ¿que era esto que sentía?
—Si no quieres que ocurra un accidente, asegúrate de utilizar el cinturón cariño— dijo mientras le colocaba el cinturón de seguridad, se acomodó el suyo y puso el vehículo en marcha.
—Llegamos— expresó William y bajo para abrirle la puerta, Daphne lo miro desconcertada, ese no era un restaurante, estaban en el estacionamiento de un edificio
—Donde estamos— cuestiono dudosa
—Dijiste que querías ir a un sitio que frecuentara a menudo y dónde hubiera buena comida, así que te traje a mi departamento. — Definitivamente lidiar con ese hombre no iba a ser una tarea fácil.