Llegamos a un picnic a un costado de un acantilado. Así que sin decir más, me bajo de la camioneta y camino hacia uno de los asadores, que está un poco más alejado del lugar a un costado de unos altos canelos, para poner la caja ahí y dejar ir todo lo relacionado con Isaac. Había leído un libro, “Como sobrevivir a un mal amor”, donde la chica hace un ritual de psicomagia quemando las cosas de su ex, y yo haría algo aún mejor. En mis días tóxicos, cuando más mal estuve por causa de la ruptura, le escribí una carta a Isaac, diciéndole cómo me sentía por que me abandonara, pero anoche, había tachado un par de cosas y cambiado otras, y ahora se la leería en voz alta, liberándome de él. —Isaac, soñé mil veces que eras el hombre perfecto para mí. Te di lo mejor de mí durante tres años y veo qu