Zoe sintió como si el aire se le escapara de los pulmones. Su mente comenzó a girar en mil direcciones mientras intentaba procesar la sorpresa. Magnus y Violeta intercambiaron miradas sorprendidas, aunque la expresión de Vi rápidamente se transformó en una mezcla de emoción y entusiasmo. Magnus, por su parte, sonrió internamente, intuyendo el impacto que la llegada de Patrick tendría en la velada. Con las manos temblorosas, giró el pomo de la puerta y la abrió, encontrándose con Patrick, quien estaba de pie con una expresión seria, pero sus ojos parecían buscar algo en los de ella. —Buenas noches —saludó Patrick con su voz grave y segura—. ¿Puedo pasar? Zoe asintió, intentando mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza. —Claro, Patrick. Apenas íbamos a cenar —respondió, dand