Horas después, Zoe comenzó a moverse en la cama. Sus párpados temblaron mientras intentaba abrir los ojos. El médico que la monitoreaba notó los primeros signos de su despertar y salió de la habitación para informar a quienes esperaban.
En la sala de espera, Patrick se levantó de golpe, olvidando por un momento su reciente herida, lo que le hizo esbozar una mueca de dolor. Aun así, se acercó al médico, incapaz de ocultar la ansiedad que lo dominaba.
—¿Ya despertó? ¿Reaccionó? —preguntó, sin poder disimular la preocupación en su voz.
El médico asintió con una leve sonrisa.
—Sí, señor Wells. Zoe ha despertado. A veces, escuchar las palabras de las personas que nos importan nos da la fuerza para luchar por nuestras vidas —respondió, con un tono cargado de significado.
Patrick sintió un e
