Ester Tarskovsky Harris. Esa noche estaba llena de acontecimientos interesantes, la llegada de un chico atractivo que sin duda sería el motivo para el aumento de las ventas de nuestras empresas, mi otro esposo de cuya mente estaba borrada mi existencia y que ahora parecía tan esquivo que daba pesar. Por su parte, John, su acompañante, permanecía en silencio, pero algo me decía que este hombre de alguna manera suponía una soga que tiraba de Edrick hacia Florida. Y por otro lado tendríamos a quien pronto podría convertirse en la siguiente huésped de esta casa, Nathaly Rodriguez, una joven mujer a la que me era difícil pronunciarle el apellido de manera completamente correcta, la misma que quizá no pasaría de los veinte años de edad, aunque su apariencia parecía ser d