—¿Hugo?, él es solo un amigo, como un hermano, él no lo sabrá te lo prometo. —Eso espero y ¿qué dices? —Yo no estoy segura de que podamos continuar con esto… —Será divertido y sabes que no me sobrepasaré contigo. Louisa lo miró nuevamente dudosa de lo que pasaría después, pero aceptó. Se acostaron sobre el césped y miraron el cielo por unos largos minutos, hasta que el sonido de los grillos interrumpió el silencio. Se miraron y se rieron. —Es muy tranquilo aquí, ¿siempre vienes? —Solo cuando necesito despejar mi mente. —Estoy segura de que más personas conocen de este lugar. —Solo algunas, no todas. El celular de Louisa sonó interrumpiéndolos de su amena conversación. —Sí mamá, estoy con él —se gira a verlo mientras apaga el auricular del celular—. Me pregunta la hora en la que