Ramiro los dejó en el departamento y se retiró a su casa, mientras que Leonardo ingresaba a su baño, y Louisa se dirigía a la cocina, la cual tenía una vista muy bonita que daba a la calle, dejó su celular sobre la mesa y sacó el envase donde había guardado la comida para servirlo en un plato y calentarlo en el microondas, calentó primero su plato y luego el de él. —Cariño el agua estaba muy fría, me hizo falta tu calor —dijo Leonardo mientras se secaba el cabello con toalla. —Es una lástima —añadió. —Realmente huele muy delicioso, tal como me lo preparaba mi mamá. —Entonces te trae buenos recuerdos. —Sí —dijo, aunque no muy convincente y prefirió evadir el tema—. La policía investigará quien pudo irrumpir en nuestra oficina un sábado por la noche. —Probablemente también ocasionó el