En el momento que Leif y Sebastien dejaron el aposento de Noah, los gemelos se miraron las caras y casi de forma sincronizada respiraron profundo como si se hubiesen librado de algo delicado. Noah se sentía aliviado que su hermano no dijo nada demasiado imprudente, y Karl se encontraba más tranquilo simplemente porque su gemelo lo estaba.
—Sentí algo de tensión entre el pelirrojo y tú, ¿no son amigos? —pregunta Karl con curiosidad.
—Honestamente, a estas alturas de nuestras vidas ya no lo sé —admite Noah encogiéndose de hombros —. Hay una rivalidad entre nosotros. Él está obsesionado con mi compañera de vida… —explica el rubio viendo como su hermano hizo una expresión de confusión en su rostro.
—¿Compañera de vida? ¿a qué te refieres? —cuestiona Karl, porque a él nunca le habían mencion
