Pov. Anna. Leo estaba tentando su vida, lo sabía pero quién era yo para meterme en la vida de las personas, cada uno moría cuando quería y como quería. Ludmila estaba enojada y en otro momento interferiría para decirle que estaba actuando mal, pero lo que hizo no me gusto ni a mí. — Podemos comer acá ¿Qué les parece? —Charlotte nos miró todos. — Sí tengo hambre, podríamos parar acá y listo —Sam suspiró y pasó la mano por su frente. — Podemos aprovechar la tarde para nadar, así que comamos y luego volvemos al barco, nadamos —Charlotte siguió —, no lo sé, descansar un rato y tomar —abrió la boca —. Oh, sí, por favor, tomemos, nademos —hablo mientras que nos miraba. — Exacto, hay que tomar sol, estoy muy blanca. Miré mi piel y comencé a caminar a la entrada del restaurante. L