Grecia sintió dolor de verlo así, ella y Julio o levantaron del suelo, lo llevaron de nuevo a la silla, él se quejó de dolor. —Hermano, cálmate, por favor. Él acunó su rostro. —¡¿Cómo es esto posible?! ¿Julio tú… mentiste? —exclamó Román desesperado. —Era necesario, señor. —¿Necesario? Julio y Grecia se miraron uno al otro, ella asintió. —Escúchame, Román, debes saber toda la verdad. Los ojos de su hermano se abrieron enormes. —Habla, ahora, Grecia, estás asustándome. —Intentaron matarme —dijo Grecia Los ojos de Román se abrieron enormes. —¡¿Qué has dicho?! ¡Eso no es posible! ¿Quién…? ¿Fue Egan Montenegro? Lo sabía, ¡lo presentí! ¡Lo hicieron por la fortuna! —Todo comenzó cuando Jacques apareció en el hospital donde lleve a nana, Jacques me llevó a su auto, hermano, y me mos