Se separaron al escuchar la algarabía de las personas, se miraron fijamente. Egan no pudo decir nada. Más tarde fueron a cenar, luego volvieron a la suite del hotel. Al abrir la puerta encontraron a Jacques ahí, estaba desesperado, les había llamado decenas de veces, pero no respondieron, él los miró rabioso. —¡¿Dónde carajos estaban?! —exclamó al verlo como si nada pasara Grecia se acercó a él, hizo como si lo olfateara. —Zorrito de agua, hueles a quemado, ¿sabes de qué murieron los quemados? —ella le guiñó un ojo y fue a la habitación. —¿Qué se supone que fue eso? —exclamó Jacques contra Egan —¿Por qué me pusiste una trampa para encontrarme con Verónica y que Grecia me encontrara? ¿A qué juego juegas, Jacques? Jacques no pensó que fuese descubierto, era usual que él hiciera esas