Entre recuerdos y desafios

1872 Words
El mismo día New York Christopher Las palabras de mi padre me hacen eco, ¿Será cierto que si quiero conquistar a una chica primero debo conocerla? Además de dejar mi actitud de imbécil, en eso tal vez tenga razón mi papá, porque no voy a negar que solo me porto de esa forma para alejar a las chicas, pero es una manera de protegerme, de no enamorarme, por lo pronto lo que si haré es buscar a Jenna, pero ahora tengo que armarme de paciencia y buscar a Kari, solo espero que se compadezca de mí y no me agarre de su chofer. En fin, estoy con las manos en el volante abriendo bien los ojos para no pasarme de la casa de Nathalie, hasta que recuerdo que sobresale de todas las casas del vecindario, por el bello jardín que posee, viendo que estoy llegando, así apago el motor del auto poniendo un pie en la calle, camino hasta la puerta de la casa y toco el timbre aguardando que alguien me abra hasta que lo hacen. –Buenos días señora Holland, vine a ver a mi hermana Kari, ¿Le podrá avisar que estoy aquí? –Buenos días Christopher por favor pasa adelante, toma asiento, ahora le aviso a Kari que llegaste. –Yo espero aquí gracias. Solo me quedo mirando un poco alrededor cada detalle de la casa, incluso unas cuantas fotos que están en la chimenea, hasta que sonrió al ver una en la que está Nathalie, Kari y yo, en realidad ni recuerdo esa foto, pero en segundos me saca de mi pequeño mundo la voz del padre de Nathalie, Steve. –Christopher recuerdo ese día en que tomaron la foto, Nathalie lloraba porque se había caído jugando y tú te acercaste a ayudarla, en realidad todos, pero hasta la fecha no sé qué le dijiste para calmarla, te portaste como un caballero a pesar de tu corta edad. Tan solo sonrío ante su comentario, pensando ¿Cuándo me volví un imbécil? ¿Dónde se fue esa parte de mí? Tal vez sigue muy en el fondo de mi ser esperando a la mujer correcta, ¿Qué estoy pensando? Me afectó demasiado la conversación con mi padre, me reclamo por dentro, hasta que soy sacado de mi burbuja por la voz de sorpresa de Kari. ¡Christopher! ¿Qué haces aquí? Pensé que vendría Joe, el chofer. ¡Hola Kari! Mi papá me pidió que venga a buscarte. –¡Kari! ¿Por qué no me dijiste que vendría tu hermano? –reclama Nathalie apenas me ve mientras vuelve a subir las escaleras a toda prisa. –Kari ¿Qué le sucede a tu amiga? ¿Qué hice? –Christopher no lo entenderías, así te lo explicará mil veces…. –Kari ve por tus cosas que nos vamos a la casa, claro si no tienes otros planes. –Hermanito siento que hayas hecho un viaje en vano, pero no pienso irme contigo, además tengo una cita con mi novio. –Kari ahora que lo mencionas ¿Cuándo vas hablar con nuestros padres de tu relación? Porque no pienso seguir ayudándote, además que no me gustan esas salidas a escondidas tuyas con él. –¡Christopher ¿Qué te pasa? ¿De cuándo acá te dio por actuar como un hermano mayor?, ËL único que lo hacía era Lanci y tú no eres él, además no pienso soportar tus regaños. –¡Kari me preocupas! Porque tú noviecito es mucho mayor que tú y seguro solo busca una cosa– le aseguro. –Aquí no pienso discutir este asunto contigo, además mi novio no es un sinvergüenza como tú, que solo busca divertirse con las chicas, él me ama. Un rato después   Una vez que me preocupo por mi hermana Kari, que busco ser un buen hermano y solo obtengo un mal rato, no voy a negar que todo lo que dice mi hermana es verdad, por lo mismo no quiero que el idiota de su novio juegue con ella, no quiero verla sufrir por un hombre que ni siquiera es capaz de definir cuáles son sus prioridades. Por ahora estoy llegando a la casa de Scott para saber si consiguió lo que le pedí, es así que bajo del auto, mientras toco el timbre de su departamento con insistencia, al no responder hasta que por fin contesta abriendo la puerta principal del edificio, enseguida camino por el pasillo hasta el ascensor donde aprieto el botón del tercer piso donde vive mi amigo, y en menos de un minuto estoy tocando su puerta, mientras estoy impaciente esperando que me atienda, hasta que Scott me abre con una cara de cansancio. –Hola Scott ¿Todavía estabas durmiendo?, Es más de mediodía para hacerlo, bueno yo solo vine para saber si averiguaste lo que te pedí, ¿Lo hiciste? –¡Hola Christopher! Hace una hora recién pude descansar, porque me tuve que quedar en la casa de Lindsay a ayudarla con el desastre que hicieron los chicos, así que deja de reclamarme. –Por lo mismo yo aprendí y dejé de hacer fiestas en mi casa, además que quiero evitar los gritos de mi madre, pero la próxima puede ser aquí. –¡No! Olvídalo, toma aquí esta lo que me pediste la dirección de Jenna y su celular, ¿Ahora te puedes marchar? Necesito dormir– me explica mientras me da una servilleta con algo escrito. –¡¿Fisher?! ¿Me quieres ver la cara Scott? Este no es el apellido de Jenna, este apellido es alemán y ella es asiática. –No te estoy mintiendo Christopher, el padre de Jenna es alemán y su madre coreana, si no me crees, usa el internet, allí está toda la información de su familia. –Claro que lo haré, por cierto ¿Quieres doblar la apuesta? –Christopher mejor hagamos la apuesta más interesante, US$1.000 dólares y tienes una semana para acostarte con Jenna.  Unas horas después Jenna Para mi suerte es sábado pudiéndome desestresarme de una larga semana en la facultad, por lo mismo termino de vestirme con el atuendo correcto para ir donde voy cada semana, hasta que escucho que tocan la puerta, sintiéndome frustrada maldiciendo mientras camino averiguar quién perturba mi día. –¡Diablos! ¿Quién podrá ser? –reclamo en voz alta mientras abro la puerta. –Hola Jenna ¿Me dejas pasar? Tienes un lindo departamento, bastante amplio, ¿Vives sola? –¡Christopher! En verdad no te esperaba tan pronto, pensé que no querías verme después del fiasco de noche que tuvimos– le afirmo mientras entra a mi departamento. –¿Cuál fiasco? Creo más bien que ambos comenzamos con el pie izquierdo, ¿Por qué no comenzamos de nuevo? Soy Christopher Mckeson, el tercer hijo de cinco hermanos, voy a la facultad de economía, soy muy divertido, algo alocado y me encantan los desafíos. –Te faltó decir imbécil, engreído, lo que tienes a tu favor es que eres guapo y engañas a todas con esa cara de muchacho bueno. –¡Guau…! Reconozco que soy un poco de todo lo que dices, pero debes conocerme mejor y descubrir al verdadero Christopher, además quiero saber ¿Quién eres? ¿Quiero conocerte?   –No te será tan fácil, tendrás que descubrirlo tú mismo y podemos empezar ahora, voy a salir ¿Te interesa acompañarme? Un momento más –Jenna ¿Estás segura que este es el lugar? –pregunta Christopher sorprendido apenas estaciona el auto. –Christopher creo que me equivoqué contigo, pensé que eras más osado, temerario, además es solo un campo de práctica, las balas no son reales. –No soy un cobarde, lo que sucede es que me has sorprendido, nunca imaginé que te gustarán las armas. Apenas ingresamos un trabajador del lugar le explica a Christopher como es que funciona todo y de qué forma utilizar las armas, mientras yo como toda una experta agarro el arma para cargar las balas y después colocarme los auriculares que me protegen de las detonaciones, una vez más tiro del gatillo, varias veces buscando dar al blanco con la misma imagen de siempre. Nueve meses antes Berlín No tengo idea como terminé en esta situación, en menos de tres meses mi vida cambió, yo solo quería divertirme, pero ahora siento que ha llegado el final, la verdad es que estoy aterrada pensando que en cualquier momento tiran la puerta de esta vieja bodega y entran por nosotros, aunque escucho que me habla mi novio. –¡Nena te estoy hablando! Todo saldrá bien, solo debes apuntar y tirar del gatillo, ¿Entiendes? –Dominik no puedo hacerlo, pídeme otra cosa, no se usar el arma– le explico nerviosa. –¡Jenna mírame! Depende de ti, que salgamos vivos de aquí, yo apenas puedo moverme– me asegura mientras tiene su mano cubriendo la herida que tiene en el abdomen. –Dominik mejor dale a esa gente lo que busca y nos dejaran en paz. –Tú puedes nena, solo dispara al menor movimiento, toma esto te ayudará– me alienta mientras me da una pastilla. Ese día fue uno de los peores de mi corta vida, claro que tuve que jalar del gatillo matando a ese infeliz, fueron varias veces que lo hice, incluso sentía que estaba paralizada disparando hasta que Dominik puso su mano en el arma y me abrazó. Christopher En mi vida pensé estar en un campo de tiro, en verdad detesto las armas, porque siempre tengo un recuerdo o sueño recurrente, me veo en una habitación antipánico siendo muy pequeño con mis hermanos Emma y Lanci, mientras mi madre y mis tías están preocupadas, todas angustiadas, incluso en una de las imágenes mi madre sostiene el arma cubriéndonos con su cuerpo, claro que muchas veces me entró la curiosidad si solo era algo irreal o mi imaginación me jugaba en contra, aunque todo cambió desde el incidente que Emma tuvo en Mónaco hace algunos años, mis padres en ese entonces colocaron más seguridad en la casa, dándome cuenta que todo era real, fue como activar un chip, viendo muchas más cosas de mi niñez. En fin, a pesar de querer estar en otro lugar intento tirar del gatillo hasta que no soporto más esta situación, dejando el arma a un lado para quedarme atrás, viendo como Jenna dispara con tanta concentración, incluso pareciera que estuviera en otro sitio, en realidad me deja con muchas dudas, ¿Quién es ella? ¿Qué oculta? ¿Tendrá razón Scott? Es una chica problemática, porque nadie de su edad le interesarían las armas salvo que quiera protegerse, pero ¿De qué? ¿De quién?, sin no tener nada claro mi mente divaga buscando una respuesta, hasta que me desconecto de mi mundo al ver que se acerca Jenna a mí. –Me doy cuenta que disfrutas mucho tirar del gatillo, aunque yo prefiero marcharme de este lugar, porque muero de hambre, ¿Qué te parece si vamos por algo de comer? Tú eliges. –¡¿Me estás invitando a salir?! –Solo tengo hambre, no es una invitación ni nada que se le parezca– le explico.
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