La esposa subastada.

1044 Words
Llegó el gran momento, Abby había llegado a una gran mansión donde se estarían subastando muchos objetos. Rápidamente las personas encargadas, la jalan del brazo, la sientan frente a un espejo e inician a arreglarla. Mientras eso sucede, está el anfitrión delante de un gran público. —Es momento de apagar sus celulares por favor y entregarlos a las hermosas jóvenes que pasarán por sus sillas— Dijo él Sr.Fonseca con una gran sonrisa. Todos los presentes entregaron su móvil para ser guardado en una caja, al final de la subasta le serían devueltos. —Vamos a empezar con un collar de pero la Mila muy antiguo, fue usado por reinas, de generación en generación— Decía. El collar le fue mostrado por una modelo con delicadeza, así que, después de eso, llegó el momento de empezar con la primera subasta. —Iniciamos con 50,000 mil dólares— Dijo el Sr. Fonseca. La subasta llevaba su curso con normalidad, las personas se emocionaban con subir apuestas sobre otras. Finalmente después de un largo rato su bastanteo objetos, llegó el momento que tanto él Sr.Fonseca había estado esperando. —Está noche para finalizar, tenemos la joya más importante, usted podría llevársela pero solo por un año— Decía muy alegre. Todos se preguntaba acerca de ese objeto, que podría ser tan solo por dos años. —¡Regreso en un momento!— Dijo el anfitrión ansioso. El Sr. Fonseca se retiró del escenario, fue en busca de Abby, quien vestía un vestido color rojo intenso largo y un maquillaje sencillo. —Veo que ya estás lista, es momento de que empiece la función— Dijo Fonseca. —No estoy segura de hacer esto, me siento muy mal conmigo misma— Fue la respuesta que él dio Abby. —Ya no hay vuelta atrás, todos estas esperando que llegues— Dijo con seriedad. Abby sabía que no le quedaba más remedio, tenía que sacrificar su vida por los suyos. Abby camina de la mano de Fonseca, llega al escenario y aunque se siente un poco tímida, levanta la mirada y ve qué hay muchas personas allí sentadas. —Les presento a Abby Mancini, ella es la gran joya de la noche— Finalmente dijo Fonseca. Todos los presentes se quedaron aturdidos, ¿Cómo era posible que una mujer tan hermosa estuviera siendo subastada?. —Antes de iniciar la subasta, tendrán que saber algunas cosas; Esta hermosa mujer solo le pertenecerá durante un año y debe hacerse cargo de todos sus gastos, además es Virgen, ¿Quién no la quisiera?— Finalmente dijo Fonseca. Abby tenía su miraba en el piso, le daba tanto pánico mirar a todas esas personas, su corazón estaba experimentando un gran vacío y a la vez una gran decepción. —Iniciamos la subasta con 250,000 mil dólares— Dijo Fonseca con seguridad. Las apuestas empezaron, algunos daban muy poco por encima del presupuesto inicial pero otros no querían dejar perder la oportunidad. —350,0000.00, 400,000.00, 450,000.00, 500,000.00– eran las cifras que se escuchaban una detrás de otras. El Sr.Fonseca estaba maravillado por tanto dinero que ofrecían, sabía que había dado Justo en el clavo. —Doy 2,000,000.00 de dólares— Dijo la voz de un hombre que permanecía con las piernas cruzadas. Abby levanta la mirada, esa cantidad de dinero era exagerada por ella, no lo podía creer. —2,000,000.00 a las 1, a las 2 y a las 3. La esposa ha sido subastada al Sr. Zack Luthor— Dijo finalmente Fonseca. Todos aplaudieron, aunque no todos estaban conforme, ya que no esperaban que ofrecieran tanto dinero y la ganara. Zack se levanta de su silla, camina casi por todo el pasillo, Abby levanta la mirada una vez más y no puede creerlo. Aquel hombre era al que le había derramado el café, quien no le dio empleo además. La cara de Abby se puso roja como un tomate, se estaba muriendo de la vergüenza. —Sr.Luthor felicidades por su compra— Le dice Fonseca mientas le entrega un bolígrafo. Zack dejó la mano extendida de Fonseca, saca de su saco un bolígrafo n***o y firmó el contrato que había sobre la mesa. Zack se queda observando a Abby fijamente a los ojos, no podía creer que esa chiquilla loca haya sido subastada. —Aquí está el juez civil Sr.Luthor— Dijo Fonseca. —No es necesaria ninguna ceremonia, sáltese el protocolo, ¿Dónde firmo?— Pregunta sin dejar de mirar a Abby. El juez civil le señala donde debe firmar, así que sin pensarlo lo hace. Es el turno de Abby, esta totalmente desequilibrada, pero intenta mantener la compostura. Abby finalmente cumple con su palabra y firma. —Los declaro marido y mujer— Dijo el juez civil. Todos aplaudían, finalmente había una pareja casada, nunca pensaron que de una subasta, saliera una mujer tan hermosa como Abby. Zack toma de la mano a Abby y sin decir nada salen de aquel lugar, se dirige hasta el estacionamiento, abre la puerta y hace que ella entre. —¿Por qué lo hizo? No debió ser usted quien me comprara— Dijo finalmente Abby pero muy avergonzada. Zack no le respondió, permaneció en silencio, Abby voltea su cara hacia el lado contrario, una lagrima cae sobre su mejilla pero la limpia discretamente. Abby se sentía muy nerviosa, ni siquiera sabía hacia donde se dirigía, pero no era capaz de abrir nuevamente su boca. Aparentemente veinticinco minutos, Zack llega a una mansión donde las puertas se abren solas, entran su lujoso coche y luego se estaciona. Zack sale del auto mientras que Abby se queda dentro, no quería salir de allí, realmente estaba aterrada y arrepentida por lo que había hecho. Zack regresa al auto, le abre la puerta, la toma del brazo y hace que entre a la mansión. —A partir de ahora esta será tu casa— Dijo Zack mientras subían las escaleras. Abby caminaba porque Zack la tenía tomaba del brazo, abre la puerta de una habitación y se sorprende de lo grande y elegante que es. —No puedo quedarme con usted— Le dice Abby míranos hacia el piso. Zack solo sonríe, se empieza a desabrochar la camisa hasta dejar sus pectorales al aire libre.
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