—Quítate la ropa y métete a la cama— Dijo Zack muy calmado.
Abby abre sus ojos más de lo normal, no esperaba que su ahora esposo le pidiera tal cosa.
—¿Quitarme la ropa?— Le pregunta con voz cortante.
—¡Así es! Ahora eres mi esposa y para que seas mi mujer, debes acostarte conmigo— Le decía con una sonrisa de ironía.
—No quiero desnudarme, no quiero que me toque— No dudó en decirle llena de tormentos.
Zack se acerca a Abby por detrás, baja su zíper y deja su espalda descubierta.
Acaricia un poco con su mano la espalda de Abby, Zack nota la suavidad de su cuerpo.
Besa su cuello con suavidad mientras intenta bajar el vestido de los hombros de Abby.
—No creo que seas Virgen— Dijo Zack deteniéndose repentinamente.
—No me importa lo que usted crea, con solo imaginar que yo pudiera estar en su cama siento asco— Le responde aterrada pero no se queda aún así callada.
—Tendré paciencia por hoy Abby, ja, ni siquiera sabía tu nombre, tuve que darme cuenta en el momento en el que te estabas vendiendo por dos pesos— Sus palabras fueron un poco hirientes para Abby.
Zack se dirige hacia la ducha, mientras que Abby se sienta en el sofá de la habitación, en su mente esta salir corriendo pero sabe que no puede hacerlo.
Unos minutos después, Zack sale de la ducha, camina por toda la habitación sin ropa interior, Abby se lleva sus manos hacia sus ojos para taparlos, eso la avergüenza.
Zack se pone rápidamente su pijama, sale de la habitación pero unos pocos minutos después regresa.
—Ponte esta ropa, podrás dormir tranquilamente con ella, mañana vas por tus cosas a donde sea que hayas vivido— Dijo Zack.
Seguido de eso, Zack se acuesta en su enorme cama, y apaga las luces, así que, Abby se va al baño a vestirse.
Abby se miraba en el espejo y no se reconocía a sí misma, jamás en su vida pensó en que haría eso.
Abby regresa a la habitación después de vestirse, aunque la cama es gigantesca, prefiere acostarse en el ligero sofá de la habitación.
Mientras intenta dormir, no puede dejar de pensar en su madre y hermana y en lo que incluso diría Charlie sobre ella.
De tanto pensar, Abby se queda dormida. La mañana siguiente al despertar, ve que Zack no está en la habitación.
Abby va directo al baño y se lava la cara con abundante agua. Unos minutos después sale de habitación, baja la escalera con timidez.
—Buenos días señora, el desayuno está listo, por favor venga conmigo— Dijo una empleada.
Abby caminó detrás de la empleada hasta llegar al jardín de la mansión.
—Buenos días Abby— Dijo Zack sin mirarla.
—Buenos días, quiero irme a casa— Dijo sin pensarlo pensarlo.
—Ja, Abby eres mi esposa por un plazo de un año, así que, le diré al chofer que te lleve a tu casa a buscar tus cosas— Dijo tajantemente.
Zack se termina su taza de café y seguido de eso se levanta de la silla y se retira.
Al rededor de diez minutos después, el chofer llega a la parte del jardín para llevarse a Abby.
Abby le indica al chofer la dirección de su hogar, por lo que media hora después, estaba frente a su casa.
—Espéreme aquí por favor— Le dice Abby al chofer.
Tan rápido Abby abre la puerta de su casa, sube a la habitación donde se encuentra su hermana y madre.
Las mira y ve que ambas están en su mismo estado, busca un paño húmedo e empieza a pasarlo por sus cuerpos para limpiarlas.
—Todo lo que hago es por ustedes, se que algún día podrán despertar y yo también seré feliz— Decía Abby en voz alta.
Después de eso, se dirige hacia su habitación, toma una maleta de tamaño mediano y empieza a echar sus cosas allí.
—Abby ¿Cómo estás? ¿Te vas de viaje?— Pregunta Charlie sin que Abby lo esperara.
—No te escuché llegar— Le responde con una sonrisa nerviosa.
—Sabes que vengo cuando tengo tiempo libre en el hospital, pero dime ¿A donde vas?— Pregunta vez más.
—Me voy de la casa, anoche me casé Charlie— Confiesa sin rodeos.
—¿Qué te casaste? ¿Que maldita locura es esa Abby?— Le pregunta anonadado.
—Es que necesito dinero para mi madre y hermana y haré lo que sea necesario para que ellas puedan tener una esperanza de vida— Le responde con lágrimas en sus ojos.
—No lo puedo creer ¿Te vendiste?— Pregunta con decepción.
—Podría decirse que si, me vendí al mejor postor—
—Abby me asombras, dijiste que no tenías tiempo para estar en una relación y ahora dices que estás casada, eso no me lo esperaba—
—Lo siento mucho Charlie, sé que dije eso pero tenía que hacer algo, no conseguía trabajo y el tiempo es corto— Trató de explicarle.
—No sabes cómo me duele que haya tenido que hacer eso, no pensaste en mi, siempre he estado para ti y además te quiero, eso duele aún más— No puede evitar recordarle lo que siente por ella.
—Lo siento tanto Charlie, tú eres un gran amigo y además yo también te quiero mucho pero lamentablemente tuve que hacerlo—
—¡Me decepcionas!— Se limitó a decirle.
Abby sintió una punzada en su corazón, había decepcionado a su mejor amigo y eso también a ella le dolía bastante.
—Lo siento tanto, espero que puedas perdóname y si no puedes venir todos los dos a checar a mis parientes, dilo por favor— Le dijo un poco avergonzada.
—Lo que hago por tu hermana y madre no tiene que ver contigo y conmigo, así que estaré viniendo como siempre— Finalmente le dijo.
Charlie se retira de la habitación de Abby, ella termina de arreglar su maleta, siente que ha decepcionado a la única persona que ha sido sincera con ella.