Hoy debe ser el día número diez u once de mi encierro, ya perdí la cuenta y en verdad no tengo la más mínima forma de saber qué hora es o dónde estoy. He estudiado hasta el más mínimo rincón de esta diminutiva habitación y no encuentro pista alguna que ayude identificar cómo salir de este encierro. Para mi suerte o mi desgracia, no sé cuál elegir, hay un montón de libros para leer y gracias a ellos es que he sido capaz de no perder la cordura. Sin embargo, ellos me hacen pensar mucho en mi trabajo. No tenía ni tres meses en él y salí embarazada y encima, ahora desaparecida. Tanto esfuerzo… Tanto luchar para crear un currículo impecable, de abrirme paso con uñas y dientes para ser una maestra excelente y al final, aquí estoy, atrapada por unas de las dirigentes de la universidad, quien