López conduce mi SUV n***o por las calles de la ciudad en dirección a la casa de Higgs. Nos vamos en mi auto para variar, ya que el suyo está averiado y, aunque a mí me gusta conducir, le he cedido la oportunidad a él para que lo haga, en vista de que no conozca la zona tanto como él. Según aparece en la plataforma de los datos de los ciudadanos de la ciudad, renta una pequeña habitación en un edificio viejo y esperamos encontrar algo, a pesar de que no tenemos orden de cateo. Para nosotros no es un problema, somos poco ortodoxos y eso nos ha llevado a resolver casi el cien por ciento de las asignaciones que nos han puesto. –¿Cómo es que te gustan los hombres, Rachel? – su pregunta inesperada me saca una carcajada. Niego con la cabeza optando por no responder. –Porque te gust