No me considero uno de los terapeutas más especializados ni nada por el estilo. En general, siempre hago preguntas que parecen estúpidas, especialmente después de ignorar a mis pacientes para que ellos mismos se diagnostiquen. Preguntas como: ¿Y eso cómo te hace sentir? ¿Crees que tu crisis tenga solución? ¿Cómo podrías resolverlo? A veces uso un poco de psicología inversa, y en muchas ocasiones funciona demasiado bien. Así, los pacientes, que a menudo considero estúpidos, terminan diagnosticándose ellos mismos y haciendo el trabajo por el cual me pagan generosamente. Pero este maldito silencio en la habitación me está irritando. Hace aproximadamente dos minutos que Rachel se quedó callada, no ha dicho nada, y aquí estoy, como un idiota, esperando a que decida hablar. La paciencia es u