—Es que mi padre no me lo hace como él. Tampoco me hace gritar de placer como lo hace mi novio. Y bueno, quizá, si me embarazo de alguien, será de él. Creo que en este momento ya debo tener a su bebé dentro de mí. Nos besamos y acariciamos en su auto hace un rato. Ya quiero dar a luz al hijo de mi amado, porque jamás será tuyo ni de... Ella me arrojó al suelo y comenzó a patearme. Sus golpes impactaban contra mi estómago; así ya he perdido dos bebés. No quiero ser madre, no quiero traer un hijo a este mundo asqueroso, donde todos se devoran entre sí sin necesidad de ser caníbales como Damián. Ya quiero que esto termine. Es tan fácil irritar a la esposa de mi padre. Siempre funciona. Los golpes ya se han marcado en todo mi cuerpo, siento algo caliente salir de mi boca. Tiene un sabor metá