★ Damián Como siempre, me despierto temprano. Rachel sigue dormida, y Deysi, entra al cuarto moviendo la cola. —Buen día, nena —le digo mientras le acaricio el lomo, y ella se echa patas arriba, pidiendo que le rasque la panza. Después de mimar un rato a Deysi, me meto a la ducha. El vapor del agua caliente empaña el cristal, y, a través de la neblina, aparece Rachel, completamente desnuda. No puedo evitar detenerme a mirarla. Cada centímetro de su cuerpo me llama como un imán, y esa mezcla entre su ternura y su pasión me desarma por completo. La atraigo hacia mí sin pensarlo. El roce de su piel mojada contra la mía es intoxicante. Mis labios se encuentran con los suyos en un beso que arde, y siento cómo sus gemidos suaves me invitan a más. Paso mis manos por su espalda hasta llegar a