Capítulo 3

1125 Words
-Le estaba agradeciendo la ayuda y entregándole una botella de whisky ya sabes que no hay nada que un whisky no solucione. -Sabes tu amistad le haría bien, él está muy sólo centrado en la búsqueda de la verdad le haría bien que tú locura lo saque un poco de órbita. -¿Tan mal está? - bebé de su cuba libre. -Si, se quedó viudo muy joven y crío a su hijo solo, él muchacho era su vida tenía solo 16 años imagínate. -La edad de mi Lucia. Debe ser duro - lo dice sería -me gustaría poder ayudarlo pero sabes qué hay cosas en las que soy muy torpe... -Lo sé, además deberías acercarte a él. -No, como se te ocurre. Las mujeres terminan sus cocteles y se van a la peluquería allí se arreglan como de costumbre, para en la noche estar regias, se ríen. En la comida hay mucha gente y Luciana se aburre pues es gente que habla en chino como ella dice. -¿Muy aburrida? - le dicen al oído y ella reacciona espantada. -Patricio por favor ¿nunca le enseñaron a no espantar a las mujeres? - lo observa y toma de su copa . -No se asuste, ¿más bien cuénteme que hace aquí sola y tomando?. -Odio este tipo de eventos pero Camila me pidió acompañarla, ¿y usted?. -Lo mismo, preferiría estar en mi casa. ¿Y su amigo? - inquiere sin poder evitarlo. -Por ahí entrevistando gente, sáqueme de aquí antes que me deprima y termine suicidándome. -Vamos, la llevó a su casa... -No a mi casa, vamos a la suya - la mira sin entender - en mi casa está mi hija y hay algo que me muero de ganas de hacer pero con ella en casa me es imposible, además usted vive solo y yo quiero que lo hagamos juntos. -Luciana, yo... -No diga nada y vámonos a su casa le va a encantar. -Mmm si usted lo dice - la mira de manera lasciva mientras va tras ella y mueve sus caderas. Pasa las manos por su bulto para acomodarlo. Van en el auto muy callados, ella sonríe traviesa y él la mira de reojo. Le abre la puerta y ayuda a bajar del carro ella toma su mano. Al entrar a la casa observa cada detalle es moderna ella va nerviosa, él la toma por la cintura para indicarle que siga. -Ponte cómoda, quieres algo de tomar - su voz es más grave y sonora, ella sale de su trance. -Que amable, gracias. -Te recibo el abrigo...- se quita la chaqueta de él y la pone en el perchero y ella se quita el abrigo dejando ver su bonito vestido n***o hasta las rodillas. Él la observa hipnotizado y ella le entrega el abrigo, se ruboriza ante la mirada verde que la recorre. -Por favor - desvía su mirada -no me mires así. -Vaya hemos avanzado, ya me tuteas...Vamos acomódate. -Eso parece. La lleva a la sala y se sienta mientras él sirve una copa de vino mientras explica sobre su casa. -No se aburre viviendo solo, es una casa muy grande... -No, he aprendido a valorar mi soledad. -Toman vino y se sonríen. -¿Que es lo que quiere que hagamos?. -Pensé que nunca me ibas a preguntar. Bueno pues ahí algo que siempre he querido hacer, algo así como una fantasía. -Él enarca una ceja. -¿Y yo que tengo que ver? A caso quiere que yo se la cumpla. -Todo, tiene que ver todo; y si quiero que la cumplamos juntos. Me han dicho que es muy placentero. ¿Qué dice?. -Por su puesto, no se que sea pero me muero de ganas de que lo hagamos juntos. - Se acerca a la morena. -¿Porque me mira así? - la morena lo mira espantada. -¿Es lo que quieres no?. -Vamos con todo pero no a lo que te imaginas, cálmate. Espérame un momento no te muevas quiero mostrarte lo que haremos juntos. -Se levanta y el observa como contonea sus caderas. -Volví, cierra los ojos. -A ver Luciana no tengo mucha paciencia. -Tranquilo los dos lo vamos a disfrutar mucho, es la primera vez que lo hago así que ando un poco nerviosa pero vamos con todo. Abre tus ojazos... -¿Que? -observa una bolsa que le entrega la morena. -Fumemos, nunca lo he hecho pero dicen que la marihuana es buena para desestresarse - lo mira con gesto travieso y el se ríe sonoramente, ella le sigue el juego y le hace un puchero. -Yo pensé que..- se ríe a carcajadas - yo creí nada olvide hay que hacerlo. -Pense que no querrías hacerlo, pero me alegras...-se quita los tacones y se recoge el cabello el observa sus gestos esta hipnotizado. -Pues quiero no soy tan aburrido después de todo... hagamos eso ya. Se fuman las papeletas de marihuana, y se tumban frente a la chimenea se ríen como tontos todo el tiempo, Luciana lo toma de la mano y se ríe a carcajadas sin saber muy bien porque. -Quiero que bailemos -agrega la morena. -Estas loca -se ríe mientras se para y la invita a bailar. Ella lo rodea por el cuello y pone su cabeza sobre su hombro él se siente cómodo, con ímpetu rodea su cintura bailan sin música y de la nada Luciana siente deseos de quitarse la ropa vaya siente calor el observa y se quita la corbata. -Dame tu camisa - murmura con timidez - tengo calor y no voy a andar en bragas por ahí...-se quita la camisa y se la entrega a la morena sin entender todavía el motivo por el que siempre hace lo que ella le dice. Luego de un rato ella siente sueño, Patricio sonríe como tonto mientras siente como poco a poco Morfeo se apodera de si, el cansancio los vence y duermen profundamente. La mañana siguiente amanece y Patricio siente que todo le da vueltas, de repente escucha una voz femenina que canta con sentimiento y camina con dolor de cabeza al origen del ruido, abre los ojos y suspira mientras no puede evitar sonreír pues esta cantando y bailando al tiempo que cocina descalza y con la camisa en el suelo. -Vaya vaya señora Fuentes...- ella voltea y se tapa los pechos desnudos. -No le han enseñado a no ser grosero con las damas, páseme la camisa. -No soy grosero estoy en mi casa solo vine al origen del ruido y el olor delicioso -observa los pechos desnudos de la morena apenas cubiertos por sus pequeñas manos y le entrega la camisa. -Gracias, siéntese y ya le sirvo por cierto donde tiene los cubiertos.
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