Lorenzo
Ambos cayeron al suelo, el primero jadeo mientras ella golpeaba sus costillas con fuerza, espero que la soltara y salió para luego patear su rostro y dejarlo inconsciente.
— Va uno. —se gira para vernos. —¿Eso es lo mejor que tienen? —nos miró a todos.
— Si sabes que eres su jefa ¿verdad? —Anna se quejó —Joder April, me saldrá un hematoma —bufo.
— Eres una llorona, todo porque Jacob no puede… —apreté los labios.
— ¡APRIL! —Giovanni habló y ella nos dio la espalda.
— ¿Qué papá? Tu hija folla.
Uno de los hombres se fue sobre ella mientras que está de espalda y se corrió su mano agarró su cabello mientras que golpeaba su rostro, otro de los chicos se acercó y su pierna se levanta hacia atrás para darle directo en el abdomen y luego volverla y estrellar su rodilla directo en su cara.
— No quiero saber qué hace con ese sujeto —Giovanni sigue hablando.
— Bueno —giró y golpeó a uno con el codo —Mejor hablemos de cómo dejas ganar a mamá.
Samantha juntó las cejas y la observó, su rostro se llenó de curiosidad, a todos nos parecía raro lo que acaba de decir, porque Sam era muy buena en lo que hacía.
— Eso es mentira —se quejó su madre y ella golpeó a otro.
— No, no lo es. —gruño —me cansaste, quédate quieto.
Su cuerpo se fue hacia la derecha cuando uno de mis compañeros trata de golpearlo y estrecho su mano en el abdomen de este radio Yaya aprovechó para girar y darle con su codo en la cara pensé que lo dejaría, pero en lugar de eso tomó sus hombros y golpeó directamente su abdomen con la rodilla haciendo que bajara más el cuerpo. Para estrellar su rodilla en la cara y dejarlo en el suelo inconsciente.
— Bien, en que estábamos — sonrió.
— Todavía no terminas —me señalaron a mí y mi compañero.
— Será rápido —movió la mano.
— ¿Segura? —respondí sin dudar y me observa.
— Acabo de dejar inconsciente a prácticamente todos tus compañeros —observé el suelo donde la mayoría descansaba.
— Pero la mayoría de ellos no te han golpeado como deberían porque prácticamente eres su jefa.
Sam se rio a mi lado y Leo curvo los labios.
— Su jefa entonces no es que sean todos unos imbéciles incompetentes, sino que temen porque soy su jefa, aunque no soy su jefa —apunto a mi jefe —ese hombre candente de allá lo es —Ludmila la miró.
— Sexy y candente, no le bajes la categoría —las hermanas rieron.
— Disculpe señora, no la veo quejarse porque su marido mandó a todos sus gorilas a golpearme solo porque toqué tu uña.
De nuevo nos ignoró mientras observaba a su hermana que le sacaba el dedo medio y mostraba la marca roja en su vientre, al parecer entre ellas no se contenían, sobre todo April.
— Quieres que le diga que te traten como si fueras una extraña —Leonardo habló divertido.
De hecho, nos había dicho que la tratáramos como si fuera una extraña, más que él, su mujer, nuestra jefa, ella nos había dado órdenes de tratarla como si fuese el enemigo y golpearla como si fuese el enemigo, pero estábamos hablando de la hija de Samantha y Giovanni.
— Oh, por favor —sonrió —Aunque estoy segura que mi hermana ya les dio esa orden, simplemente tienes gente pésima al servicio, este se distrae porque golpean a su mujer —señaló a Jacob —es mi hermana, no la voy a matar, aunque quisiera, mis padres se enojan.
— April —Samantha la miró molesta.
— No me digas a mi madre, dile al hombre que tienes al lado y que finge que le ganas porque te ama —apuntó a su padre —claramente finge, lo hemos visto tomar una persona y lanzarla casi tres metros y crees que le vas a ganar, prácticamente es un cuadro de Picasso de las puñaladas que ha tenido y sigue vivo.
Eso era un dato interesante, eran inmortales, tal y como decían por ahí.
— No usa toda su fuerza contigo porque te ama, no lo hace consciente, quédate tranquila —movió la mano —pero es así. —sonrió —Cómo Leo no lo hace con Ludmila cuando entrena.
Sam me miró y me hizo señas para que nos acomodemos y peleemos con ella, tenía en claro que esto iba a ser un poco complicado, pero no imposible.
Carraspeo y gira para mirarme, sus ojos se centran en mí y luego observan a Sam que se está acomodando, el cuerpo de April se acomoda mientras toma la toalla, mueve la mano antes de ponerse en posición, su mano se eleva y nos hace una seña con los dedos.
Ambos nos movemos.
Vamos a ver cómo ella logra pasar de uno al otro.
La mujer es linda, me tiene idiotizado, porque no voy a negar que es así, pero no le voy a dar el gusto de creer que tiene poder sobre mí, no cuando sé que eso es lo que quiere.
Imite su pose y la llamé con los dedos pidiéndole que se acerque, sus labios se curvan en una sonrisa antes de centrarse en Sam. Da un paso más cerca de él y lanza una patada directo a su pecho, no sé cómo logra levantarse de esa forma del suelo. Pero simplemente tuvo que mover las piernas y dos segundos después subió la derecha estrellándola contra el torso de este.
Sam se quejó y la miró furioso para luego girar y tratar de golpearla. Lo esquivo moviéndose de un lado al otro, ella volvió a intentar golpearlo y la esquiva. Los pies de ambos se mueven en sintonía yo por el momento no me he movido de mi lugar, no lo voy a hacer todavía, simplemente analizó sus movimientos y ya.
— Veinte mil a Lorenzo —Ana habla y todos la miran.
— Mi nena le pateara el trasero —Giovanni saca la plata.
— Lorenzo —Samantha habla.
— Ok, se acabó —April baja.
Sus piernas barren el piso haciéndolo caer, se mueve para trabar el agarré y dejarlo boca abajo, su pierna golpeó con fuerza a la espalda haciéndolo toser y quejarse del dolor.
— Te levantas y va a ser peor.
Sus ojos dieron con los míos, estaba enojada, se notaba, pero esto solo lo hacía más entretenido. Se acercó a mí, me lanzó un golpe, corrí mi cuerpo hacia la izquierda y me eché hacia atrás, cuando intentó golpearme en el abdomen.
Mi mano detuvo su golpe, volvió a intentar con su puño y lo detuve antes de empujar para su lado haciéndola trastabillar, pero sin caer. Ambos comenzamos a girar mis ojos vieron sus pies unos segundos, ella aprovechó para golpearme.
Tomé su brazo y la giré dejando su espalda contra mi pecho.
— Voy a creer que te gusta estar así —hable bien bajo y tiro la cabeza hacia atrás.
Me corrí, pero me pego con su mano libre en el abdomen, jadeé, aunque no solté mi agarre, algo que aprovecho para tirarme al suelo.
— Creo que lo disfrutas —hable y la trabe con la pierna —Pero mejor te das vuelta gatita.
Su cuerpo se balanceo, no sé cómo hizo, pero destraba la pierna sin problema, me golpeo en el rostro y se impulsó usando mi cuerpo para hacer una vuelta hacia atrás y quedar en el suelo justo encima de mi cabeza.
— Es una pena arruinar ese rostro. —me sonrió ladina.
Su puño fue a mi rostro, pero me corrí de golpe girando en el suelo y mirándola mientras apoyaba mis manos en la colchoneta.
— Veinte a Lorenzo —la jefa habla.
— Yo soy su familia —sisea y le guiño un ojo.
— Tendríamos que preguntar quién lo entrenó —Samantha habla.
Ambos nos paramos, April sonríe, sus piernas se levantan y da tres pasos antes de saltar para golpear mi rostro, la paro con mi brazo y me da en la pierna con la suya, me flexiono un poco, pero le pegó en la costilla haciéndola quejar.
Yo no se lo iba a hacer fácil.
Comienza a lanzar patadas en mi dirección, paro las primeras dos y la tercera tomó su pie y lo sostengo. Le sonrió ladino y estoy a punto de subirlo para tirarla, pero gira y me da en la cara con el otro.
Siento mi boca arder.
— Bien, se acabó —me acerco.
Mi cuerpo esquivó el golpe, su cuerpo giró para golpearme, pero barrí el suelo haciéndola caer, pero moviéndome con ella para quedar encima de ella y sostenerle las manos.
— Muerta —fingí que disparaba.
— Joder —Giovanni se quejó.
— Imbécil —sonreí.
— Sabes —la solté y me senté a su lado —Me gustas más abajo —hablé —Quieta y dispuesta. —su pecho subió y me observó —Buena pelea jefa.