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2019 Words
**Narra Bryony** ¿Nunca les ha pasado que se quedan como tontos viendo a alguien o a algo y están totalmente sumergidos en lo que están viendo? Tan concentrados que no se dan cuenta de lo que pasa alrededor. Así quedamos los dos, mucho más Frederick cuando le dieron el pelotazo en la cabeza, fue muy gracioso, he de admitirlo, fue inevitable no reirme. Y yo tuve que reaccionar, cuando las personas se aglomeraron a mi alrededor para pedirme fotos y autógrafos, cosa que traté de hacer lo mas rápido que podía, quizá él pueda que se acerque a mí y nos saludemos después de tanto tiempo y todo lo que pasamos, decidí dejar lo malo enterrado. Sea lo que sea, podía sentirme como si fuera la primera vez en enamorarme cuando lo vi, no se si eso está mal, pero realmente en el tiempo que tuve para meditar llegué a entender lo dolido que él también estuvo, obviamente tenía sentimientos por mi, quizá eso fue solo un estúpido error, como la canción que me dijo que escuchará, los hombres a veces no piensan antes de actuar... Pero dentro de él, pude comprender que jamás murió ese amor. Pero ahora... Ahora es diferente. No sé si aún él sentirá algo por mi, no sé si quiera que vayamos a tomar algo y conversemos de todo lo que ha pasado durante el año que no estuve aquí. Me encantaría saber la razón de porqué cambió su cabello. Así que levanté la mirada, y me sorprendió la gran cantidad de personas que en un momento me invadieron. Mis ojos se abrieron disimuladamente, hasta que escuché una voz familiar que decía "Permiso, hagan espacio por favor, espacio". Me gire como pude y llegó hasta mi, era Joshua. —Gracias por venir. —Le susurre en el oído. —Voy a tener que esposarte a mi. —Me refunfuño.Y dirigiéndose a las personas a mi alrededor continuó— Disculpen, pero la señorita Bryony necesita su espacio. Por favor, sean amables y denle espacio. Me tomó de la mano y me llevaba a no sé dónde, yo solo estaba buscando a Frederick con la mirada, pero no lo vi más. Di un pequeño suspiro y me subió al auto. >. —A la casa, por favor. —Indicó al chofer.— Y tú —me señalo bajándose las gafas negras que llevaba— ¿como se te ocurre venir así? ¿¡Estas loca Bryony!? Ni siquiera te cubriste, no hiciste nada, ¿piensas que aún eres una civil común y corriente? Pues déjame recordarte que ¡NO! Ahora estas en estos momentos subiendo y subiendo cada vez más, tienes ya un éxito y tu carrera no es a como era la de hace un año. Cerré mis ojos ante su habladuría, y luego voltee a la ventana, dándome cuenta que estábamos dando una vuelta hacia otro lado. —Oye habla más despacio, me estas mareando. Y ya pasamos la casa... —Obviamente, es para despistar a las personas. Pero, Bryony, no hagas más esa locura de salir sola. Menos mal llegué a tiempo... —se agarro el tabique con los dos dedos de su mano izquierda, tan exagerado y dramático puede ser a veces. —Bien, bien. Obvio me cubri, pero la bufanda que llevaba salió volando por la brisa y también llevaba gafas, ve —le mostré. —Pero que caso tiene si la llevas en la cabeza y ¡no puestas! —Seguía intenso y parlanchin. —Aish... Que estrés cálmate, nada pasó. Parece mentira que en tan poco tiempo pude despegar y hacer mi sueño realidad, aún recuerdo cuando me inscribí en ese concurso de talento para cantar y tener la esperanza de ganar el premio de ser alumna del excelente David Duncan's, quien me ayudó demasiado en esto, agradezco tanto que así haya sido. La verdad he sido muy afortunada a pesar de todo y lo agradezco cada día que despierto, porque siempre me repetía de pequeña que, si llegará a crecer y ser famosa no olvidaría de donde comencé, no olvidaría a los que estuvieron conmigo y que tampoco me haría la grande y enaltecida, eso nunca. —Por cierto, hoy a las 4 tienes una sesión de fotos que organicé. Llevas tiempo sin actualizar las redes y es necesario mantener a todos tus fans al tanto. Además que hay actividades que debo comentarte... —Oye, Joshua. —Le interrumpi hablándole con una sonrisa— Despacio. El levantó una ceja y comenzó a manipular su teléfono, de ahí llegamos a casa. Mi casa. Me sentía súper feliz, demasiado en realidad. Apenas entre a mi habitación corriendo, cerré la puerta, tome una almohada y pegandola de mi cara... —¡AHHHH! —Solté un grito de alegría que ahogue en la almohada. Suspirando tan gozosamente, porque por fin tengo mi propia casa y es toda una belleza, bueno y también porque lo pude ver. La verdad no es que quiera que se enteren que aún me hace suspirar, pero aquí entre nos, verlo otra vez me alegró el día, y sobretodo verlo sonreír. Desde afuera pude escuchar a Joshua poner una música pop clásica de las que tengo coleccionadas, luego no tardó en tocarme la puerta. —¿Que vamos a almorzar? Ya me está dando hambre... Gire mis ojos ante el hambre de Joshua que parecía no tener fin. —Pero si apenas van a ser las 9. —Espete, poniéndome ropa más cómoda. —Entonces veré que puedo tomar de merienda... Lo escuché irse seguramente a la cocina. Luego de eso se me ocurrió llamar a Sasha, mi ex jefa y amiga, la voy a invitar a la celebración de mi nueva casa. —¡Mujer! Hasta que te dignas a aparecer. ¿Sabes cuanto te he extrañado? —Dijo apenas atendió la llamada. Me reí con su comentario. —Que bella mi ex jefa. Pero resulta que hoy nos vamos a ver y en mi casa. —Puntualice. —Oh, tan dominante y todo, me encanta. ¿A que hora? ¿Puedo llevar vino? —Su voz era tan extrovertida que daban ganas de escucharla por horas. —Querida, puedes venir como a las 6, y si quieres traerlo buenísimo. Vamos a hacer una pequeña celebración por este nuevo logro que alcancé. —Oh por Dios —dijo emocionada— ¿nuevo? —Sí, te mandaré la nueva dirección y te darás cuenta. ¡Te espero! Luego de finalizar la llamada sali de la habitación y vi a Joshua muy cómodo comiendo un yogurt con cereales y viendo la TV. —¿Que ves? —Es una nueva película, está brutal. El actor principal es Matthias Schwe... No se qué, pero es buenísima. —Me dijo muy concentrado y haciendo un gesto de excelencia con la mano. —Te refieres a Matthias Schweighöfer. —Dije entre risas— Esos alemanes siendo tan creativos con sus nombres... —Murmure negando, viendo que ahora podía pronunciarlo sin trabarme. Mi pronunciación alemana mejoró mucho, la realidad es que para aprender un nuevo idioma no hay nada como estar en ese país y verte obligado a aprenderlo rápido. Hasta que se hicieron las 4, Killian ya estaba aquí pero sin la abuela, me dijo que la iría a buscar más tarde porque estaba con la vecina Lucrecia, algo así me dijo. Estaba como niño chiquito revisando cada rincón de la casa. —Amo esta casa, sin duda. ¿Me puedo mudar? —Por mi no hay problema, solo deberás hacer lo que yo diga. —Dije acercándome despacio y bajando la punta de mi dedo desde su frente hasta la punta de su nariz. —Eso... Me dió miedo. —Agregó mirándome de reojo. De pronto escuché a Joshua darle órdenes a unas personas que, cuando fuí a ver junto a Kill nos sorprendimos, él porque no sabía y yo porque lo había olvidado todo. —Ash, no me digas. —Me miró Joshua con el ceño fruncido de brazos cruzados— Lo habías olvidado. Asenti viendo como instalaban la cámara, las luces y acomodaban dos cajas con un montón de cosas variadas probablemente por si hacia falta algo de "wow" en las fotos. Me iba a voltear para preguntarle a Kill si quería salir en la sesión conmigo pero... —¿Que carajos? —solté cuando vi a Killian con una cabeza de conejo grande puesta.— ¿De dónde sacaste eso? —¿Acaso no me veo como un gánster? —Repuso haciendo poses dramáticas. —Ajá sí, claro. Kill. —¿Si? —A veces me preocupas... El comenzó a reírse y a tomarse selfies con su teléfono diciendo que se veía muy cool. —Iré a cambiarme para la sesión. Esperenme... —Ah no. —Me detuvo Joshua.— Ya tenemos planeado un vestuario. —Ah no. —Dije imitandolo.— Tengo algo mejor en mente. Fuí a mi habitación y me quité la ropa para ponerme un vestido rojo tan precioso que no había usado antes. Lo compré muy económico en Alemania porque me enamoré cuando lo vi, no lo había usado aún, pero ya hoy lo he decidido. Me coloque los tacones del mismo color. Y me veía diva, es que si. Humildemente, claro. Me veía al espejo y sonreía. —Mírate, que guapa que estás. —Le hice un guiño a mi reflejo y salí.— Haremos la sesión en el jardín. Ordené y todos me siguieron con las cosas. Después de una hora y media, entre risas y demás Joshua me hizo una pequeña sesión de fotos en mi nueva casa para actualizar las r************* , ah, y claro, mi estúpido favorito se coló en las fotos con una cabeza de conejo. Se veía turbio, está desquiciado... Killian siendo Killian. Me quise quedar vestida así, para la pequeña celebración de mi nuevo comienzo. —¿Vendra el loco de Mickey? —Me preguntó Kill con la bendita cabeza de conejo entre sus brazos. —Si, supongo... Le escribí pero no me contestó. —Dije distraída viendo la cabeza...— Eh ¿podrías dejar eso allá? —¿Que tiene? Esta cool, la quiero. —Hizo un puchero que me daban ganas de quitar con un almohadazo.— Obstinada. —Mocoso. Me quité los tacones y los puse en el centro cerca de los sofás. Después de ver el mensaje de Sasha, quien ya había llegado y fuí a recibir. Apenas abri la puerta me lancé encima de ella para darle un fuerte abrazo y un beso en el cachete. —¡Ahhh! Mi niña ¡Que bella estás! —Y tú igual de reina como siempre. —Le hice un gesto de invitaion para que pasara— Pasa, bienvenida a mi casa. —Estás loca. —Exclamó— ¡Esta casa es digna de un reina como tú! ¡Me encanta! Di-vi-na, o sea, di-vi-na. —Repetía viendo a todos lados con la boca abierta. Sus ojos brillaban igual que los míos. Kill puso una música más alegre, y nos trajo dos cócteles para ambas. De ahí me dijo que iría por la abuela y pues me tomé fotos con mi querida Sasha, quien no paraba de hablarme de todo, incluso me contó de Frederick y aproveché para contarle que lo había visto, eso sin que Joshua escuchara, porque después se pondría "modo papá sobreprotector y obstinado". Además que Joshua me decía que mejor me vendría estar soltera, mucho más si ahora mi carrera esta subiendo. El timbre sonó y fuí a la puerta rápidamente. —Que rápido llegó Kill con la abuela... —Murmure viendo a Sasha. Apenas abrí, y se formó una sonrisa en mi rostro cuando lo vi, el chico con gafas y una linda sonrisa de lado. —¡Mickey! Pensé que no ibas a venir. Y de pronto con las manos escondidas detrás de él, mostró un ramo de rosas hermosas. Eso no me lo esperaba. —¡Bienvenida otra vez a casa, guapa!
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