4 -Locura-

1880 Words
**Narra Frederick** Pasmado. Me quedé pasmado mirándola, tratando todavía de asegurarme si era ella. Después de un año sin verla, solo apenas por fotos o videos... La extrañaba demasiado, quizá ella a mi no, probablemente incluso esté saliendo con alguien más, ahora que es una celebridad, hermosa cada vez más y tan brillante como ella sola es demasiado increíble que no tenga a alguien rogándole por salir. Luego de recibir el pelotazo y quedar como un ridículo, verla sonreír me produjo una sensación tan agradable, como si ella destilara brillo o magia... ¿Exagero? Pues para mi es como si lo fuese. > Luego de verla rodearse de un monton de fans, mi mirada se desvió a la bufanda de ella que había quedado enredada en las ramas de un árbol, quería ir pero no quería que me vieran, así que disimule con mi reloj y dando pasos lentos me fui en dirección al árbol, pero una mano me impidió seguir. —¿A dónde vas? ¿Viste ese monton de gente? ¿A quién están ahogando? —Sarah me detuvo entregandome una botellita de bebida energética. —¡Sarah! —la verdad es que por el momento había olvidado incluso que Sarah venía conmigo— pues ya terminé. Y no sé de qué se trata esa aglomeración. —Entonces ya nos vamos. —Comentó enganchandome su brazo del mío y caminando de regreso, yo solo había quedado con la bufanda de Bryony en la mente— Que mal que no vi a mi chico de cabello azul... —Si verdad... —Dije distraido. Solo iba rogando que nadie más agarrara la bufanda, sería una excelente excusa para volver a verla. Porque si, quería y moría por hacerlo, aunque... > Me repetía mi subconsciente para hacerme tener algo de cordura. Hasta que escuché mi nombre varias veces y reaccioné. —¿Si? —Dios mío ¿a dónde fuiste? Quedé hablando sola... —Dijo ella arqueando las cejas y agitando la mano frente a mis ojos para hacerme concentrar. —Es que creo que me parece que olvidé hacer algo... No recuerdo qué. —Excusas y más excusas. —Que raro ¿continuamos o nos devolvemos hasta que recuerdes? —No te preocupes, ¿ahora vas a donde tu prima? ¿No? —Si, rayos... Andas bien raro tu. —Me decía examinandome. Cuando terminamos de cruzar la calle, me detuve. —Hasta aquí llegaré. Acabo de recordar lo que debía hacer, perdoname que no te pueda acompañar... Me fuí mientras le seguía hablando. —No olvides avisarme cuando llegues. —¿Frederick, a donde vas? Yo podría ir contigo... —No te molestes... —Exclame y crucé la calle nuevamente de regreso al parque. Me fui trotando hasta que vi en el árbol ya no estaba la bufanda... Me llevé las manos a la cabeza. —Carajo, no puede ser. De pronto ví a un muchacho como de dieciséis años con la misma bufanda en su mano, esa tiene que ser, no hay dudas. Me quedé parado pensando en que podría decirle, hasta que me decidí y sin nada pensado me le acerqué. —Eh, disculpa. Hola. —Me sentía súper idiota en este momento. —¿Te conozco? —Dijo antipáticamente. —Bueno, vengo a buscar la bufanda. —Solté de una vez. El comenzó a reírse hasta que paró. —¿Y crees que te la voy a dar? Es de Bryony Turner, obviamente no te la daré. —¿Que? Oye en serio debes devolvermela. Me desesperaba tener que tratar con este puberto quien insistía en no darme la bufanda. —Si supieras quien soy, me la darías de inmediato sin protestar. —Añadi cruzandome de brazos para tratar de intimidarlo. El muy idiota escupió a un lado y me miro como retandome. —¿Que pasa si no te la doy? ¿Es en serio? Si este muchachito supiera que fuí el amor de Bryony... Me causaba risa. Comencé a reirme. —A ver... ¿Cuanto quieres con por ella? Dime que no tengo mucho tiempo. —Dije mirando mi reloj. El me detallaba de arriba abajo y yo solo quería tomar la bendita bufanda e irme inmediatamente. —Quiero tu reloj y tus tenis. Así, sin más, viéndome seriamente lo dijo. —Ja ja ja, okay repito la pregunta ¿cuanto quieres? ¿cincuenta, cien dólares? Me miro con cara de ofensa y volvió a repetir que quería el reloj y mis tenis. > Así que me fuí, pasandome las manos por la cabeza frustrado. > A medio camino en el parque, no aguante más y me devolvi a donde el puberto. No tuve más opción y terminé devolviéndome sin reloj y con unas sandalias que compré para no devolverme descalzo como un mendigo. Si no fuera ilegal golpear a un puberto... Bueno en fin, obtener está bufanda me salió costoso, pero ya la tengo. No sé qué haré con ella, pero espero entregársela si la llegó a ver. Llegué a mi casa, me quité la camisa apenas entré, junto a las sandalias y las medias. Me sentía un poco cansado. Puse la bufanda en el mesón de la cocina y me la quedé viendo fijamente. —Por tu culpa me quedé sin mis tenis de correr y mi reloj de muñeca favorito. De pronto sonó el celular y atendi rápidamente cuando vi que era Tobias. —¡Hermano! ¿Como va el mejor empresario de este cochino mundo? —Le dije con una sonrisa. —Fred, todo bien hermano, ¿tu como vas? ¿Como está todo? —La verdad todo tranquilo, acabo de llegar de mi rutina de trote... Me puse a hablar con Tobias de todo un poco, me dijo que pronto vendría para que salieramos con Killian, los tres como antes. Me dijo que le hubiese encantado ir con Bryony pero por su vida tan ocupada ahora eso sería casi imposible y también que sería incómodo para ella y para mí, según Tobias. Aunque para mi no sería incómodo, aunque en cierto modo si, pero me gustaría volver a hablar con ella, aunque sea como amigos. Aunque sea. Me preguntaba si todavía vivirá en donde siempre, cerca del idiota de Nick, pero no lo se, dudo mucho que siga allí si llegó de Alemania. Y sacudi mis pensamientos. —Ya basta de tanto Bryony. Ahora a mis asuntos. Después de reposarme me di una ducha rápida y me ropa ligera. Hoy estaba libre, sin embargo debía hacer unas correcciones a unos planos, así que puse algo se música de los Bee Gees y me senté a visualizar los planos. Pero visualizando los planos parecía más bien que estuviese viendo aún la imagen de Bryony sonriendo mientras sus rizos volaban en el aire. —Ya hombre, centrate. Entonces este eje debe de estar alineado con este... —Con el lápiz iba señalando sobre el plano, obligandome a concentrarme. Pero de repente sonreía como tonto, menos mal estaba solo. Miré en mi teléfono cuando sonó. Tenía un mensaje de Sarah recordandome que haría almuerzo para los dos. Ya casi se había hecho costumbre almorzar un día juntos si, y al otro no, un día si y al otro no. A ella le gusta competir por quien cocina más delicioso, y pues estamos subiendo de niveles a medida que pasan los días. Hoy le toca a ella hacer el almuerzo, me pregunto qué hará esta vez... Al llegar la tarde, de llegar de casa de Sarah, estoy nuevamente en mi sala manipulando mi teléfono con aburrimiento, hasta que salen fotos que me hacen sonreír y de pronto se me viene una idea loca. Si, muy loca. Me levanto, busco un suéter y me medio arreglo para salir en el auto. Pero antes, sin olvidar llevarme la bufanda. Voy a donde era su departamento, pero parece que todo está cerrado. Me bajo del auto y toco el timbre, es inevitable no sentirme nervioso, y mucho más cuando el que abre la puerta es un hombre que parecía un completo sicario. —¿Que se le ofrece? —Inquirió con voz grave. —Disculpe ¿está viviendo aquí la señorita Bryony? —Pregunté dudando en si hacer esto, porque era una locura y ya me estába arrepintiendo. —No amigo, sería muy raro si así fuese. Ya no vive aquí y tampoco lo sé. —Bien, gracias. Buenas noches. Me retiré y me subi al auto. Estaba ansioso, así que busqué su número y no sabía si escribirle porque quizás haya cambiado de número, pero lo hice. "¿Hola?" —¿Por qué carajos mande un "¿hola?"? Parezco idiota ya... Ay no. Frustrado encendi el auto y arranqué, cuando no tardó en sonar mi teléfono, un nuevo mensaje llegó. > Pienso dándole miradas rápidas al teléfono. Quería verla otra vez, aunque suene desquiciado. Mis ojos se expandieron al igual que mi sonrisa cuando vi que era ella. "¿Frederick?" Inmediatamente llamé a Sasha, ni loco llamaría a Killian, seguro le diría sin pensarlo a ella misma que yo pregunté sobre ella. Así que le pedi el favor a Sasha que me dijera dónde vivía Bryony, y amablemente me lo dijo. Según la dirección que Sasha me dio era aquí. Estaba estacionado frente al portón grande de la urbanización privada tan cerca del parque, pensando que para entrar tenía que tener un permiso o ya haber avisado... No se que haría. Ya eran las 9 de la noche y yo como un tarado aquí sin saber que hacer. Hasta que salió un auto de la urbanización, me bajé del auto y este se detuvo frente a mi, bajando el vidrio de la ventana vi a Sasha. —¡Que casualidad verte! Gracias a Dios apareció Sasha justamente cuando no tenía ni la menor idea de cómo entrar y ya estaba considerando irme y dejarme de locuras. Sasha le avisó al vigilante que yo iría a ver a Bryony y a llevarle unas cosas personales, luego de enseñarle varias fotos mias con Bryony fue que lo convencimos sin la necesidad de tener que llamarla. Le tuve que decir al de vigilancia y seguridad que soy un viejo amigo y que venía a visitarla. ____________________________ ¿Que creen que pase con Frederick? ¿Creen que se anime a llegar a la casa de Bryony? ¿o quizá se encuentre con alguien más? ¡Queridos lectores! perdonen que me demore en actualizar es que este mes ando estresada con la tesis de la Universidad y me tiene como loca, espero comprendan. Los quiero
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