El rey Bastian ya había llegado al palacio real del reino de Severin. Gracias al don de Zury la enorme bestia ancestral alada junto con la luna, no podían ser vistos por nadie a pesar que estaban justo al frente de las puertas principales del palacio que el rey observaba con atención buscando a Annia con su extraordinaria visión de águila ancestral. El rey escaneó todo el palacio, viendo a través de las paredes, y en ningún lugar logró percibir ni ver a Annia. “Algo no está bien…” —¿Qué ocurre, su alteza? —pregunta Zury dándose cuenta que el rey llevaba unos veinte minutos viendo detenidamente afuera del palacio —¿Ya podemos entrar para buscar a Annia? —cuestiona la joven que no conocía a fondo el poder del águila. “La estoy buscando, pero no puedo verla… pude ver al rey Cahen, y la lun