La acariciaba con mi dedo índice, era lento y suave, deja de verme y se concentra en la película, también saca su mano y me permite tocarla, lo sé, porque abre un poco sus piernas para subir un poco más mi mano. Yo seguí mirándola, quería ver cada gesto que hacía con mis toques. Nadie se daría cuenta, están muy concentrados en la película, tal vez solo Meg y Damon nos escucharan, pero está en ellos prestarnos atención o ignorarnos. Porque la verdad, no me importan los demás. Llevo mi mano más allá dentro de su vestido y tocó su braga, con mi dedo medio acaricio el medio de sus labios sobre la tela, podía sentir ese calor húmedo que emanaba su cueva. Ella se remoja los labios, le gusta y sé que quiere más. —Este es tu castigo nena. —Le susurré—. Eres mía y de nadie más, vuelves a pone