Capítulo 1
¿Alguna vez sentiste que no encajabas en tu propio hogar y por esa razón te enviaron lejos? Pues déjenme decirles que a dónde me enviaron tampoco encajo bien, los humanos me consideran una chica rara, pero tampoco debería volver porque me consideran un peligro en casa.
Sin embargo, han pasado diez años desde lo acontecido y creo que ya es hora de volver, sé que el alfa, mi padre no estaría de acuerdo, pero estoy lista.
Mis abuelos en Escocia me ayudaron con todo, estoy más que capacitada para volver y tener control sobre mí sin causar ningún desastre, ya que por esa razón fue por el cual mi propio padre me sacó de la manada.
Regresaré porque ya no soportó estar lejos de mi familia, y sí, mis abuelos también son mi familia y también tenemos una manada acá, pero también soy una extraña aquí, así que no había razón de alejarme del lugar donde nací.
Aunque haberme alejado me ayudó un poco a lidiar con mis problemas, culpa y depresión, ya que maté a mi propia madre y eso es algo que no me lo voy a perdonar nunca más.
No sé que quiero conseguir al volver, tal vez sentir su espíritu en el bosque, sé que aún sigue ahí, protegiéndolos a todos de cualquier cazador, tal vez dependiendo de cómo me sienta decida quedarme para siempre o solo estar de visita.
No tengo porque arruinarles la vida si la manada está mejor sin mí. Difícilmente me he adaptado a la manada de mis abuelos, me ven como un peligro, pero aún así me tratan con respeto, antes de integrarme, el abuelo me enseñó muchas cosas.
Era obvio que no estaba dispuesto a que lo criticarán por no tener control en mí, es por eso que al principio me mantuvo oculta y me entrenó, al menos él tuvo las agallas de hacerlo, no como mi padre que su única solución fue enviarme lejos de él, tal vez lo hizo porque me odia por haber matado a su esposa, mi madre.
Me llamo Star Cronin, soy una chica lobo, hija única, piel morena y cabello rizado cuando soy humana, cuando me transformó en loba mi pelaje es un color castaño oscuro, y sea como sea que esté convertida, mis ojos al nacer siempre fueron uno rojo y otro marrón.
En este momento estoy montada en el avión para regresar a Grecia, mi antiguo hogar. Fue doloroso despedirse de los abuelos, pero entendieron que extrañaba mi hogar y ruego por ser aceptada nuevamente a la manada, porque no sé cómo le haré para explicarle a mi abuelo que le he mentido solo para volver, en sí le dije que tenía contacto con mi padre y pues me había pedido que pasará tiempo allá.
Pero todo es mentira, llevo tiempo sin comunicarme con mi padre, solo hablamos en mi cumpleaños que fue hace un año. El abuelo no puede comprobar que le mentí ya que él no es muy bueno con la tecnología humana, además, no había razón para desconfiar de mí, he sido una nieta ejemplar, según el abuelo, conseguí ser mejor alumna que mi padre.
Cada lobo tiene una vida humana, solo nos reunimos por las noches para cuidar el bosque, que es nuestro verdadero hogar, pero durante el día se encuentran cazadores y se decidió desde hace un tiempo vivir durante el día como los humanos para camuflarnos entre ellos y durante la noche le hacemos el honor a nuestro origen, esto es como para mantenernos más unidos. Sobre todo en cada luna llena, que hacemos como una especie de reunión con todas las manadas que vigilan su parte del bosque.
Esto se hace con el fin de llevarse en paz y que deberíamos estar unidos en vez de ser enemigos, ya que todos somos de la misma especie.
Seguramente se preguntarán, “oye Star, ¿Y tú cómo le haces para camuflarte entre los humanos? Pues no es normal que una humana tenga un ojo rojo y otro marrón”, muy sencillo, uso lentes de contacto aunque este me irrite el ojo, me contengo, algunas veces me he colocado lentes oscuros porque no he podido soportarlo más.
Recuerdo que de pequeña, en la escuela humana me hacían bullying por ello, mis padres tuvieron que cambiarme de colegio e iniciar en uno nuevo, pero usando lentes de contacto, extrañamente no tuve que usarlos aquí en Escocia, el abuelo me enseñó a qué debo estar orgullosa de como nací, sin importar lo que piensen los demás.
Ese consejo me trajo mucha seguridad en mi misma, pero no me trajo amigos humanos, ¿Pero quién los necesita? Ellos son simples y aburridos.
¿Tengo amigos? Solo una, mi mejor amiga, se llama Meghan, gracias a la tecnología humana nos hemos mantenido en contacto, pero no la veo desde que mi padre me envió con mis abuelos, estoy emocionada por volver a verla, a ella y a su primo Ross, ese chico desde pequeña me tenía loquilla, no sé cómo se verá ahora, pero seguramente que se ve exageradamente guapo.
Él siempre fue lindo desde pequeño, bueno, realmente era una nerd y nadie le tiraba onda, pero yo si veía su valor, a mi gustaba como era, espero que siga siendo el mismo chico adorable, aunque estaba fuera de mi alcance, pues siempre me vio como una hermana más o algo así, por ser la mejor amiga de su prima.
—¡Atención pasajeros! el avión está a punto de despegar, así por favor tomen asiento y asegúrense de tener bien colocado el cinturón de seguridad, quién a continuación la tripulante Sánchez se encargará de explicar su uso —anuncia una de las azafatas por el teléfono haciendo que este sonará en las alta voces del avión.
Cómo es mi primer vuelo después de tanto tiempo, presté mucha atención, aunque mi atención se desvío hacia un chico que estaba entrando al avión, se veía que había corrido un maratón.
—Gracias a Dios por dejarme subir, creí que perdería el vuelo —dice muy aliviado por lo que me hace reír.
Es que se ve que vino muy apresurado, hasta lleva un zapato de uno y otro de otro, eso sí que es bastante gracioso.
—Por favor tome su asiento, ya estamos por despegar —dice la azafata.
—Si claro, lo siento. —responde apenado y revisa su boleto, supongo que para saber que asiento le ha tocado.
A medida que el chico que se va acercando, percibo un olor no muy agradable para mí nariz, por lo que suplico que no se siente a mi lado. Mis plegarias llegan tarde cuando el chico se sienta a mi lado y descifro que el olor es de su mascota, tenía un gato y no me llevo muy bien con los gatos, de hecho soy alérgica, así que no tarde en comenzar a estornudar.
—Lo siento —el chico se disculpa conmigo y no se porque.
—¿Por qué lo sientes? —pregunte confundida tapándome la nariz.
—Por haber interrumpido el tutorial de cómo ponerse un cinturón, se nota que no lograste terminar por mi culpa —explica viendo mi cinturón deshecho—. ¿puedo? —señala mi cinturón como si pidiera permiso de acercar sus manos.
Yo asentí con lentitud, tenía razón, necesitaba ayuda, así que me ayudo y le di media sonrisa.
—Gracias.
—De nada, es lo menos que puedo hacer. —Me regresa la sonrisa y luego me mira extraño—. Creo que ahora también debo disculparme por mi olor, no me dio tiempo de ducharme porque no quería perder el vuelo —me explica muy avergonzado.
—De hecho, creo que tu perfume ha ocultado bien tu hedor —bromeo y tal vez se siente más abochornado—, pero realmente me he tapado la nariz porque soy alérgica a los gatos, discúlpame.
—¡Oh lo siento! No sabía y no iba a saberlo porque no te conozco. —El chico se sienta más tonto cada vez que habla.
Eso me hace reír, por lo que también se ríe, se ve tan tierno intentando arreglar cada cosa que dice o hace.
—Está bien. —Le sonrío.
—De verdad discúlpame, es mi primer vuelo y nunca salgo con ella, es mi mejor amiga, solo ella logra quitarme los nervios, pero creo que está vez ha fallado —dice nervioso y yo no comprendo a lo que se refiere.
—Tal vez te diste cuenta que todo puede pasar en el avión y posiblemente tu gato no pueda solucionarlo a menos que vuele, así que puedo comprender tu nerviosismo —respondí tratando de suponer a lo que se refería y él se ríe.
—Realmente lo dije porque jamás me había puesto tan nervioso al estar cerca de una chica, mi gato me ha ayudado mucho con la seguridad en mi mismo, que hasta se podría decir que soy un don Juan —dijo con picardía.
Me reí al entender que el chico estaba ligando conmigo o al menos eso dice internet y Meghan que hacen los humanos para llevar a cabo una aventura o relación.
Notarán que para mí es extraño, ya que nadie se me acercaba con otra intensión a menos que sea por algún interés en común.
—¿Eso te funciona con todas las chicas? —me hago la difícil como me enseñó el amigo internet.
—No lo sé, dímelo tú, eres la primera a la que se lo digo. —Se ríe de sí mismo.
—Vaya don Juan, no me hagas competir con la larga fila que tienes —me burlo y se ríe.
—De acuerdo, me lo merezco por mentiroso y por querer hacerme el interesante, pero no puedes culparme, necesitaba al menos llamar la atención de aquellos ojos tan peculiares poco visto en el mundo —me sonríe.
Ese cumplido me hace sentir una cierta corriente recorrerse por mi cuerpo. Aunque se equivoca, para mí no es atractivo un hombre que tiene una larga fila detrás de él.
—Tan peculiar como tus zapatos —solté sin pensar y él chico mira a al suelo—. ¡lo siento! —me retracto.
El pobre solo me estaba haciendo un halago y yo ni siquiera sé recibirlo o responderlo.
—¡Rayos! Ahora me veo mas tonto de lo que ya parecía. —Choca su mano con su frente.
—Si te sirve de consuelo, no te viste tan tonto al ayudarme con el cinturón para ser tu primera vez —dije tratando de que viera el lado bueno.
—Créeme que eso se lo debo a cientos de tutoriales que vi anoche, estaba muy nervioso que comencé a ver videos tutoriales y terminé viendo de accidentes también —dice más avergonzado y me hace reír—. ¡Joder! —Frota su frente con sus dedos.
—¿Está todo bien joven? —pregunta una azafata quien checaba los asientos.
—No, disculpe, ¿no tiene otro asiento disponible? Es que ella es alérgica a los gatos. —Me señala y muestra a su gato encerrado en un Kennel.
—No es necesario cambiar de asiento, puede pedirle a alguien que solo lo tenga en sus pies durante el vuelo. —Intente solucionar la situación.
—Oh no podría dejar sola a Ariel, es mi responsabilidad y seguramente está más nerviosa que yo en su primer vuelo —dijo el joven.
—De acuerdo. —Me incomode.
—Sígame por aquí joven —dice la azafata y el chico se levanta.
—Una cosa. —Se inclina hacia mí y me susurra—. A la próxima responde que tú calidad no se compite, eso te vuelve más especial aparte del color hermoso de tus ojos.
Y se va dejándome con la palabra en al boca. Me sentí mal, el chico era agradable y lindo, cabello n***o, ojos claros y tez pálida.
La he cagado con mi falta de experiencia con los humanos, pude haber contestado mejor para que no se sintiera rechazado.
Excelente Star, primer chico que muestra interés y haces que se alejen de ti una vez más con tu rareza.
Observo como el chico es guiado a un asiento al otro extremo de la cabina, la azafata se aseguró de que el olor a gato no pegará tan fuerte a mi nariz, me la destapé, pero eso no evitó ciertos estornudos por el pelaje que ya había dejado el gato.
Ni siquiera supe su nombre o él ni sabe el mío, bueno, tal vez nuestro destino era solo encontrarse y no quedarse, haciéndome entender que hay más personas como él que verán mis defectos en virtudes.
Después de casi cuatro horas de vuelo, me bajo del avión con las indicaciones de la azafata. Le escribo a mi mejor amiga que he llegado mientras espero recibir la maleta gracias a una máquina extraña.
Los estornudos vuelven a mí y con facilidad logro saber que es poco el chico se acercaba a mí.
—Espero que no sea tarde para intentarlo de nuevo —dice colocándose a mi lado.
—Pues dile a tu amigo que sus consejos de ligue no funcionan —bromee.
No puedo evitar responder de esa manera, no sé que me sucede, es como si estuviera programada a alejar personas.
—Bueno, internet puede ser tu aliado y algunas veces tu enemigo —se pone pensativo—, ahora que me doy cuenta, tal vez sea dependiendo de las páginas en las que entres.
—Pues no seré tan llena de conocimientos como internet, pero creo que con ser tu mismo puedes lograr todo, ¿no? —Ladee un poco mi cabeza.
—Si claro, en algunas cosas ya que el sistema te aconseja para ser lo que ellos quieren, pero no para que seas feliz. —Deja el Kennel en el suelo y saca unos lentes de su bolsillo.
—¿Y fingir ser don Juan te iba a ser feliz? —pregunte curiosa.
—No, eso fue un error. —Se avergüenza—. Por eso me cambié de asiento. —Acerca sus labios a mi oído para susurrar—. El gato solo fue una excusa, ni siquiera es mío, es de mi hermanita, vine a traérselo.
Me sentí más confundida aún y creo que él se ha dado cuenta de ello.
—Lo lamento, me comporte como idiota y para el colmo, hui en vez de afrontar. —Suspira y creo lo comprendo.
Yo también me sentiría incómoda si las cosas no salen como quiero, como si hiciera el ridículo y para no seguir cagándola es mejor alejarse.
—¿Cuál es la verdad de lo poco que hemos hablado? —pregunté y si no es por mi teléfono nos interrumpe, tal vez hubiera escuchado la respuesta.
Meghan ya estaba cerca, veo mi maleta llegando a mi gracias a la maquinita, la sujeto con rapidez y la ruedo.
—Fue un placer, pero ya me tengo que ir. —Me despido y camino para irme.
—Espera, no me sé tú nombre —dice el chico.
Me volteo caminando de espaldas para mirarlo.
—Me llamo Star —respondí con una sonrisa.
—¿Me regalas tu…? —Se interrumpe a sí mismo y me ve con alerta— ¡Cuidado! —Ya era tarde cuando mi espalda choca con alguien.
—¡Joder, ve por dónde caminas! —suena una voz masculina muy malhumorada.
—¡Lo siento! —me volteo muy apenada para mirarlo.
El chico llevaba dos helados y se los he derramando en la camisa. No ha levantado la mirada para verme, pero se veía muy molesto tratando de limpiarse la camisa, no me quiero imaginar cómo tendré el cabello y la espalda.
—Un lo siento no arreglará esto —responde de mal humor.
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