POV CALEB. Sentado en medio de una mesa llena de personas que solo hablan de los logros de sus hijos miro con detenimiento a mi acompañante. Dinora, mi mano derecha. Es una mujer muy inteligente y perspicaz. Como es costumbre, me retraigo del entorno y mis pensamientos me llevan de regreso a Mia. A Mia y el beso que compartimos anoche en medio del salón de mi casa. Fue algo espontaneo luego de confesarle una parte de mi vida que no había confiado a nadie. Claro que fue la menos desagradable. Había ido en busca de algo para tomar después de despertar de una pesadilla. La misma que siempre termina con los gritos de dolor y suplicas de Graham y los míos. Hablar con Mia se me hizo fácil y cuando se fue, me quede confundido, ella es hermosa. Pero como bien dice ella. No podemos ser más dif