Broke sintió que el suelo se abría bajo sus pies. La desesperación y el miedo la inundaron, pero sabía que no tenía otra opción, sin embargo, la última frase de él provocó que su sangre hirviera. —Acepto solo por mi hija, y con respecto a usted, le aseguro que ni estando loca pondría mis ojos en un ser tan… inmaduro —aseguró y lo observó con la barbilla levantada—. También tengo mis condiciones. Blake se quedó atónito ante lo que escuchaba. No estaba acostumbrado a que lo despreciaran de esa manera, y menos que lo humillaran tan abiertamente. Broke no solo había aceptado el trato, sino que también lo había llamado inmaduro, algo que ninguna otra mujer se había atrevido a hacer. Su desconcierto se transformó en furia. —¿Qué dijiste? —preguntó, la miró centelleando ira. Broke mantuvo