—Me gustaría que habláramos en persona — solicitó la señora Vanderbilt al otro lado de la línea.
Broke se quedó en silencio, con la mente trabajando a toda velocidad.
«Esto debe ser una trampa. Una persona tan importante como esa mujer no se atrevería a llamarme. Seguro es una estafa», pensó.
— Mire, señora, no estoy para bromas ni enredos. Si lo que quieren es sacar dinero de alguna forma, le hablaron a la persona equivocada...
— Tengo hambre, mami — la tierna voz de Blair evitó que Broke colgara el móvil.
— Espera, muchacha, no cuelgues. Entiendo tu posición. Yo conocí a tu madre — mintió Dorothy —. En ocasiones trabajaba para mí. Era una mujer admirable. Éramos amigas. Permíteme ayudarte.
Broke tragó saliva mientras Blair tiraba de su blusa sin dejarle prestar la debida atención
