Alma. Miro a Alex con unas ollas en mano, entrecierro los ojos viéndolo, ¿qué hace con ollas en mano?, es más, ¿por qué viene llegando recién? No debo ser adivina para darme cuenta, porque sigue con su uniforme de trabajo. — ¿Me vas a responder? Vuelvo a preguntar, él parpadea un par de veces antes de acercarse a la mesada para dejar las ollas en su lugar, luego gira yendo directamente hacia el refrigerador, de la cual saca una jarra llena de agua para servirse en un vaso. Creo que nos está ignorando. ¿Y él por qué haría eso? Se supone que soy yo la que está enojada. Quizás nos vio con el mocoso de tu novio. ¿Y?, es mi novio, tal como lo estás diciendo, puedo hacer lo que quiera con él. No parecía eso cuando tu “novio” te pidió ir a un lugar más “tranquilo”. Eso no tiene que ver