Capítulo XVII. ¡Imprudente!

1336 Words
“A veces, hay personas que pueden herir a los demás por el mero hecho de existir”. –Haruki Murakami La sencilla estancia de piedra a la que acaban de entrar es seca y bastante confortable, comparada con el ambiente húmedo de la parte exterior, en cada una de las esquinas ya hace un oxidado soporte para antorchas la habitación es bastante grande asi que Verz y Arigoth se dividieron para poderla alumbrar en su totalidad, mientras los demás inspeccionan cada rincón. En cada uno de los muros hay cadenas oxidadas, que aparentemente servían para sujetar tablones que hacían las veces de asientos o camas para los carceleros, es difícil imaginar pasar a unos dias ahí, privados de la luz solar. –¡Encontré algo! –exclamó Zela. Todos se acercaron intrigados, Zela, de entre las piedras saca una pequeña y oxidada caja de metal, no hay nada de especial en ella salvo por que está cerrada con llave. –Espera, –dice Jack. Saca de su bolso dos pequeños fierros y procede a intentar abrirla. –está demasiado oxidada, –indicó Jack–, el mecanismo no cederá. –Necesitamos saber si es la llave que buscamos, –dijo Zela. –Permíteme, –dijo Verz. Verz le entrego la entorcha a Zela y Zela la caja a Verz este saco una pequeña daga e introduce la punta en la ranura que divide ambas partes de la caja, intenta hacer una especie de palanca para abrirla. Pone toda su fuerza hasta que la tapa cede y el contenido sale volando y cae al suelo. Es un objeto extraño, consta de un tubo de metal oxidado, en medio de esta hay un mecanismo giratorio seguido de un mango de madera podrida, que hace una curvatura en forma de arco, en la parte de en medio hay un dispositivo aparentemente para accionar el mecanismo. –creen que sea la llave –dijo Verz con curiosidad. –no, –dijo Zela–, me pareció ver algo parecido en las armerías de la ciudad será mejor que pregunte al señor Daboak. Verz entrego el artefacto a Zela y Zela entrego la antorcha a Verz. Verz se dio la vuelta y salió de aquella estancia seguido por el resto, Verz empujo la puerta del lado oeste y también estaba abierta, entro en esta y posteriormente lo hizo el resto del grupo como si fueran niños en una excursión. La estancia era muy similar a la anterior salvo por que tenía una puerta en la esquina derecha, antes de abrir esta procedieron a registrarla para ver si se encontraba algo más. Pero no, la habitación estaba vacía. Entonces Arigoth abrió la puerta de una patada, la habitación era más o menos pequeña, el sonido del agua goteante evidenciaba que en algún lugar había un escurrimiento, en la pared opuesta ya hacia una loza incrustada, Arigoth se acerca y alumbra con su antorcha aquella loza. –Hey, vengan a ver esto–, dijo Arigoth Acto seguido entra Zela, seguida por Jack, Nize, Yuria, Eddart y al último Verz. Alan decide no entrar ahí. Lo que está grabado en la loza es el símbolo del látigo de las nueve colas, Abajo hay una inscripción en Élfico, Zela es capaz de leerlo. “La verdad ya hace ante sus ojos, pero solo quien conozca su propio interior podrá observarla” –Qué raro mensaje, –dijo Zela–, me queda la duda del ¿Por qué esta aquí? –el culto de Loviatar es un culto muy extendido –Explicó Nize-, probablemente hubo algún carcelero seguidor. Salieron pues de aquella estancia, y nuevamente en el pasillo retomaron la formación avanzaron un poco llegando a una vieja verja estropeada. Gruesas barras de hierro herrumbroso eran los vestigios de lo que antaño dividía el área de los carceleros de la de los prisioneros, pero además parecía que el hierro había sido doblado por una fuerza increíble. En el suelo se podían ver esquirlas de piedra era como si los barrotes hubieran sido arrancados de su base. Esto me huele mal –dijo Verz A mí también –respondió Zela De pronto del fondo de la oscuridad vieron como algo se aproximaba hacia ellos era un c*****r, venia aproximándose lentamente aún conservaba parte de la piel, uno de sus ojos colgaba del orbe, mientras que el otro parecía estrábico, chasqueaba los dientes con ferocidad, y aunque era lento, venía equipado con una espada corta y una armadura ligera. –Será pan comido– dijo Verz, quien le entrega la antorcha a Jack, activa su escudo y ataca con su espada, el esqueleto pego un inesperado salto hacia atrás y Verz casi se va de bruces, el esqueleto dirigió hacia Verz un ataque directo a su abdomen Verz alcanza a desviarla con su escudo, pero el filo logra cortarlo en el brazo, el sangrado es muy intenso. Arigoth le da la antorcha a Eddart y se lanza con su espada por el esqueleto echando atrás a Verz, para Zela es imposible hacer algo pues una flecha en aquel pasillo podría lastimar a cualquiera del grupo, Alan empieza a tocar. –¡¿Qué haces?! –Le grita Zela. –Me divierto, –contesta Alan Yuria cierra los ojos y junta sus manos, en aquella oscuridad es posible ver como un brillo se desprende de su cuerpo. Arigoth tira un golpe vertical con su espada y asesta de lleno al cráneo del esqueleto viviente, la cabeza del esqueleto cae rodando, pero el cuerpo sigue de pie y lanza espadazos al azar, Arigot retrocede, Verz se incorpora, su herida dejo de sangrar, pero no puede usar el brazo del escudo intenta contener sin éxito los espadazos del esqueleto, pero su espada sale volando. Arigoth logra abrirle la guardia con su espada y el esqueleto se tambalea, Verz toma su daga y la clava directo al pecho dejándola ahí, el esqueleto cae y deja de moverse. ¿Pero que demonios estabas pensando Verz? –Dice Arigoth, tomando a Verz por el cuello-, Aquí no estas con seres indefensos, no puedes tomarlo a la ligera, un error asi puede costarte la vida o peor, costarnos la vida a todos. –Yuria puedes curar a Verz –dijo Nize. –me temo que no, –respondió Yuria–cuando Verz estaba en batalla el señor Alan hizo un hechizo para curarlo y dado que solo se puede aplicar magia una vez a una herida, me temo que no podré hacerlo, Verz tendrá que esperar a que sane su brazo. –Verz será mejor que cambies el lugar con Eddart mientras te recuperas –dijo Zela. Verz no dijo nada, recojio su espada, saco la daga que habia dejado incrustada en el c*****r viviente y se limitó a cambiar de lugar con Eddart. –Hay algo que me llama la atención, –Dijo Arigoth, este esqueleto tiene una armadura y una espada con demasiado buen estado como para haber sido puesto aquí hace años. No, quien quiera que lo haya reanimado lo ha hecho recientemente. Toma Jack, te hace falta una espada. Dicho eso extendió la espada hacia Jack quien la tomo, era una espada muy ligera, a una si no sabía si la podría blandir, pues nunca lo había hecho, –esta bien, creo que la venderé, –pensó. Siguieron por el estrecho pasillo hasta llegar a una bifurcación, las dos grutas naturales obligaban a decidir al viajero hacía que lado iría. –Bien, no hay muchas alternativas asi que tenemos que dividirnos –dijo Nize–, Alan Verz y Zela iremos a la izquierda, Jack, Yuria, Arigoth y Eddart a la derecha; en cuanto terminemos la exploración nos encontraremos nuevamente aquí. Aquello era la única opción viable, además como se había demostrado hace un momento, el hecho de que fueran juntos no garantizaba que pudieran actuar ante un problema asi que todos acataron la indicación de Nize y se integraron con sus respectivos equipos para continuar avanzando.
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