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LOVIATAR

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Blurb

Un grupo de mercenarios que son reclutados para que ayuden en una misión en la ciudad de Odrick, una secta con filiaciones masoquistas, está preparando un ritual para traer a Loviatar, la diosa de la peste y el dolor a la tierra, en el trayecto se van envolviendo en una historia oscura de fantasía, acción y misterio, ¿serán capaces de detenerlas?

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Capítulo I. Mercenarios
“Estamos todos tan juntos y, sin embargo, todos estamos muriendo de soledad”. —Leo Buscaglia Verz yacía recargado en la reja que separaba el obelisco de la plaza central, a sus diez y nueve años era ya conocido y popular a la par que su reputación lo hacía tener el respeto de todos los ladrones de poca monta de la ciudad. Nacido ahí en Xanain su nombre real era Verzem de Xanaim, se decía que era hijo del celador de la prisión, aunque no era posible constatarlo ya que su madre era una mujer que ejercía el riguroso oficio de la prostitución. Esto en parte había contribuido a fortalecer su carácter, ya que desde pequeño tuvo que forjarse a puños de quien insultara o intentara siquiera hacer mención del oficio de su madre o a la naturaleza de su concepción. Sin embargo, prefería primar la inteligencia sobre la violencia, siendo astuto como el lobo, feroz como el tigre y fuerte como el oso, era un hombre pues que transpiraba arrogancia y escupía valor, nadie nunca había visto que sacara la vuelta a una pelea. Estos atributos hicieron pues que fuera conocido más allá de la ciudad de Xanain, pues su manera de ganarse la vida era casi la misma que la de su madre, solo que el rentaba su cuerpo para otro tipo de funciones. Funciones muy variadas, por cierto, a veces escoltaba personas de la nobleza, en otras ocasiones ayudaba con la carga de mercancías y en otras más tomaba la función de matar al enemigo de aquel que le ofrecía una buena suma de dinero. No tenía temor a la muerte, nunca había salido huyendo y mucho menos había conocido la derrota por parte de algún enemigo, era pues invencible; tanto asi que nadie que lo conociera se atrevía a plantarle cara y para quien estaba en sus objetivos, sabía muy bien que no habría forma de sobrevivir. Se dice pues también, que tenía la bendición de Eldat, la diosa del agua y que también contaba con el favor de Laira por los servicios prestados a los comerciantes. No era de extrañarse que mucha gente solicitara sus servicios. Aquella tarde sin embargo el servicio era muy particular, se encontraba pues en su lugar favorito de aquella plaza, cuando se acercó aquella joven de mirada penetrante, piel pálida y cabello rojo intenso, que parecía arder sobre su cabeza. –Hola, tu debes ser Verz, me han hablado mucho de ti y de tus grandes hazañas. El no respondió se quedó mirándola fijamente, noto por sus rasgos que se trataba de una Elfa, sin embargo, esta no parecía una dama de la alta nobleza, tampoco su atavió n***o se parecía en nada al de una chica pueblerina, más bien parecía que su vestimenta estaba diseñada para pelear, lo cual era extraño, los elfos se caracterizan o por pertenecer a la nobleza y al clero o por habitar en la naturaleza, pero no suelen ser grandes guerreros. Vestía botas que le cubrían hasta las rodillas una faldilla corta ajustada al cuerpo que no permitía ver más allá del espacio de quince centímetros entre las botas y esta, la parte superior de su cuerpo estaba vestida por un chaleco que terminaba en un cuello de tortuga, el cual, si bien no permitía ver nada, tampoco dejaba mucho que imaginar, pues este parecía amoldarse a cada centímetro de piel. Las muñequeras rígidas en ambas manos sugerían que era diestra en el combate cuerpo a cuerpo, no siendo pues una damisela que pareciera necesitar alguna atención o escolta. –Me llamo Nize, –dijo–, vengo de la ciudad de Odrick estoy buscando a los seres más valientes y fuertes de la región para una misión importante a la vez que peligrosa, de esas que a ti te gustan, ¿qué dices? –suelo trabajar solo, –respondió Verz –Hay 50 monedas de oro –dijo Nize –¿Por qué crees que mi orgullo tiene un precio? –pregunto sin molestarse por el atrevimiento. –No creo que tu orgullo tenga precio, creo que tu audacia tiene un valor. Verz se quedó pensativo. –te veo en cuatro horas estaré a las afueras, –dijo Nize con una sonrisa triunfadora–, busca mi carreta es de color azul no tiene pierde. Se dio la vuelta dispuesta a marcharse. –Aún no he aceptado, –dijo Verz. –Si que lo hiciste, –dijo deteniéndose, pero sin voltear a verlo –Que sean seis horas y 60 monedas, –dijo Verz. –Lo vez, al final tú mismo has puesto el precio, –dijo divertida y se alejó por donde había venido. Lo cierto es que 60 monedas de oro era mucho dinero, por ejemplo, la vez que le pidieron matar al Duque de Friezzie lo hizo por quince monedas de oro, asi que a pesar de que aun no le había dicho de que se trataba, aceptaría la misión aun y cuando Nize hubiera rechazado su propuesta. No pensó ni por asomo que aquello pudiera ser peligroso, el era el peligroso y si es que acaso, aquella elfa le quería jugar una mala pasada acabaría muerta. Asi que tomo su espada, su daga y una muñequera metálica que tenía una forma peculiar, a cada lado tenía una especie de aletas de metal cuya intención es que formara una especie de escudo retráctil, muy útil para evitar el sobrepeso de la carga, también tomo una mochila en donde puesto algunas mudas de ropa, y remedios caseros para las heridas, tomo su indispensable bidón de agua y fue a donde le indico Nize. La carreta color azul con remates dorados, saltaba a la vista, no era el color común, desde afuera lucia bastante grande, casi como las carretas de mercancía, disponía de cuatro caballos, todos perfectamente cuidados, y sobre la carreta estaba Nize; Verz se acercó a la carreta. –Vamos sube, allá atrás están lo demás, –dijo Nize. Verz caminó hacía la parte trasera, el olor a alcohol podía percibirse desde la parte de afuera, adentro se encontraban dos hombres y un enano jugando a los dados, más allá al fondo de la cabaña había dos mujeres, en cuanto Verz estaba arriba la carreta comenzó a moverse. –Miren a quien tenemos aquí, –dijo uno de esos hombres. Se trataba de Arigoth, era un hombre perteneciente a la milicia, se notaba por su armadura, su rodela y su pesada espada bastarda; tenía la barba descuidada, se notaba que había estado bebiendo mucho, incluso antes de abordar la carreta. –De los más temidos, pero también de los más buscados –Dijo–, pero te diré lo mismo que le dije a Jack, pasa con confianza que hoy no estoy de servicio Ja ja ja. Jack era un hombre silencioso, Verz lo conocía bien, era un ladronzuelo, pero muy escurridizo, hasta ahora nadie lo había podido atrapar, nadie excepto a Nize, Verz se preguntaba ¿Cómo había hecho para encontrarlo? En cuanto a su vestimenta traía ropa común, y desgastada, casi harapos, sus pantalones estaban llenos de tierra como si se hubiera arrastrado por el suelo. –No sé quien seas, pero tampoco me importa, si intentas pasarte de listo te quedaras sin cabeza entendiste, –dijo el Enano Se llamaba Eddart, pertenecía al gremio guerreo de los enanos, estos eran muy conocidos por su gran valor y también por su capacidad para meterse en problemas y provocar peleas, traía consigo siempre cargando un hacha que en las manos comunes sería normal, pero en sus manos era bastante imponente por el tamaño que aparentaba. Verz lo ignoro, paso de largo de él, conocía bien el carácter de los enanos, atrás estaban Zela y Yuria. Zela era una semielfo, muy diestra en el arte del arco, era una cazadora experta, Verz la había visto muy pocas veces, era bastante bonita, de cabello dorado, no rubio, dorado brillante y fino y sus facciones élficas hacían que fuera hipnótico mirarla. Traía pues su pantalón ajustado de piel curtida típico de los cazadores y una blusa de color blanco con un escote regular. –¡¿Qué?! ¿Me miraras todo el día? –dijo ella. Verz se sintió apenado, ciertamente había sido su amor imposible todos estos años, la única persona a la que le tenía respeto y la única que no le tenía miedo. Costaba trabajo creer que trabajara en una c********a, encargándose de la cacería para proveer la carne al pueblo. –No, solo me extraña encontrarte aquí. –Dijo Verz –La paga es buena, si no es por eso dime ¿tú qué haces aquí? –Dijo Zela. –¿Y a todo esto ya te dijeron que vamos a hacer? –Pregunto Verz –No, solo que vamos a una ciudad llamada Odrick y nada más, –respondió–, ¿y a ti? –lo mismo, –dijo Verz agachando la cabeza. –lo supuse, –dijo Zela–, Mira te presento a Yuria, la acabo de conocer. Yuria se sintió apenada, con timidez y haciendo media reverencia dijo: –lo saludo buen hombre, espero que este teniendo un buen comienzo en este lugar, le expreso mi gratitud y respeto a nombre de mi señora. Verz la miro con reserva, le hizo una sonrisa correspondiendo al saludo de aquella Elfo de cabello blanco, no, Yuria no es vieja, solo tiene 103 años, es una jovencita, es incluso menor que Zela que tiene 43, los Elfos suelen tener cabelleras de colores a veces un tanto extraños. En cuanto a las edades un elfo es inmortal y los semielfos pueden vivir cerca de los doscientos años. Verz se quedó medio impactado con la apariencia de aquella mujer de finas facciones, brazos muy delgados y su largo vestido blanco que no era lo más adecuado para una pelea. –¿Qué pasa Verz?, te has quedado mudo, –dijo Zela. –nada solo que pensé que este lugar estaría lleno de guerreros, por aquello que dijo Nize de que buscaba a los seres más valientes y fuertes, –dijo Verz. –lo sé, –dijo Yuria–, pero el valor reside en el corazón y la fuerza, depende de cómo la midas. Te enseñare como se mide la fuerza –dijo Arigot colocando su mano retando a Verz a jugar vencidas, Verz, como es su naturaleza acepto el reto de inmediato. Jack dijo: –apuesto 2 monedas de cobre a que gana Arigot. –yo también apuesto 2 monedas a que gana Arigot –dijo Eddart. Zela dijo ante la sorpresa del resto, –ah si, pues yo apostare por Verz–, tu Yuria no apostaras. Yuria solo bajo la mirada en un acto de pena aquellos hombres empezaron a medir su fuerza mientras el resto observaba, la gran musculatura de Arigot era claramente superior a la Verz, pero este no se dejaba vencer tan rápido, aun y cuando estaba más que claro quién sería el ganador. Yuria no se sintió ofendida, al contrario, esbozo una sonrisa sentada justo en medio de aquellos dos, como si se tratara del juez de la contienda. –Una cosa es la gran fuerza física y otra es la fuerza que emana del interior, –dijo. Al momento de pronunciar esta palabra Yuria tocaba el hombro de Verz y este sintió como un escalofrió recorrido todo su cuerpo, era como si los calambres que le provocaba aquella tención del brazo de momento desaparecieran y la tendencia comenzó a revertirse en favor de Verz. Estaban muy metidos en esta contienda cuando un relinchido seguido de una fuerte sacudida interrumpió la emoción de todos, pero no fue sino el grito de Nize lo que puso en alerta al grupo, uno a uno salió de la carreta, con sus armas desenfundadas y listos para el combate. La carreta estaba rodeada por ocho féminas, todas vestían una especie de traje de combate y sus rostros estaban cubiertos por una máscara de velo n***o, más allá habían dos figuras que no eran visibles del todo debido a la espesa niebla que manaba del pantano pero eran reconocibles por sus trajes rojos, uno de los caballos estaba muerto, Nize permanecía de pie en el asiento del conductor, mientras Zela subió con gran agilidad al techo de la carreta para tener más visión y alcance, del lado izquierdo se acomodó Eddart al frente con su hacha y Jack que había sacado una pequeña daga del bolsillo se quedó en la parte trasera de ese mismo lado, del lado derecho al frente se aposto Arigot con su escudo y su espada dispuesto a dar batalla, del mismo lado pero atrás estaba Verz con su espada y su escudo retráctil, el cual ya había puesto en posición. Por último, Yuria permanecía en la puerta trasera de la carreta, ahí se limitó a agacharse y juntar las manos en posición de súplica. Nize Observa como la atacante que tiene enfrente corre hacia ella, la velocidad de estas mujeres es bastante, Nize no lo duda dos veces y lanza una bola de fuego, Si, Nize es piromante, su atacante hace una maroma hacia la izquierda para esquivar el impacto. Arigot también enfrenta a una de estas, es atacado con un látigo, es tan precisa con sus movimientos que logra colar el golpe en la parte desprotegida del escudo de Arigot, sin embargo este rebota contra la pesada armadura, Arigot no se deja intimidar y asesta con su espada bastarda enterrándola en el abdomen de aquella atacante desconocida que cae de rodillas ante él, puede percatarse que en el cuello tiene un tatuaje, es una especie de hueso, del cual salen ramificadas algunas cuerdas, Arigot no sabe lo que significa, pero su atacante ahora está muerta. Verz ve venir de frente a una, esta lo ataca con un latigazo que Verz logra esquivar y levanta su espada para atacar, pero otro látigo se le enreda en el brazo derecho y tira el impidiéndole atacar y desarmándolo. Yuria que puede ver a Verz en problemas y una tercera mujer acercarse para atacar corre hacia Verz, cuando llega hacia él Logra escuchar el sonido del látigo cortando el viento que viene hacia ella, lo que se escucha después es una especie de explosión y las tres atacantes salen expulsadas por una fuerza invisible. Aquello llama la atención de Arigot quien está sacando su espada del cuerpo de la elfa que acaba de asesinar, nadie más puede ver la escena Eddart y Jack están del otro lado de la carreta, y de aquel lado las cosas no marchan bien. Jack es Atacado por otro látigo, intenta esquivarlo, pero este lo impacta en el pecho rompiendo su ya de por si desgastada camisola, solo ha sido un rose, pero el dolor que causa es bastante, no piensa en ello enfila su daga hacia el cuello de su atacante, esta logra esquivarla. Eddart se repliega hacia donde esta Jack, vienen dos atacantes más y será mejor enfrentarlos juntos. Desde su posición Zela logra ver aquellas con túnicas rojas que están un poco más alejadas de la carreta, tienen un atuendo similar, pero en rojo, nadie más ha reparado en ellas, Zela ve pasar de largo una especie de flecha por el lado derecho y otra por el lado izquierdo. –Afortunadamente tienen mala puntería, –piensa, al tiempo que apunta a la que está más cercana. Ciertamente a Zela le gusta fabricar sus propias flechas y el proyectil salido de su arco corta el aire de manera elegante, la gran velocidad a la que se desplaza aquella flecha hace que se pierdan los detalles de las plumas que adornan la cola de esta, la punta metálica brillante deja un destello plateado en el su camino. Es un espectáculo que sería digno de detenerse a apreciarlo si no fuera porque estamos en medio de una batalla. La flecha encuentra su objetivo y este se desploma inmediatamente para no volverse a levantar. Nize es atacada por el látigo el cual esquiva con facilidad, saltando de la carreta, ahora que la tiene enfrente la piromancia no es lo más recomendable, asi que toma su daga y ataca con dos movimientos rápidos asestando uno al abdomen y uno más en el cuello, haciendo que la atacante se desplome a sus pies. Arigot corre hacia donde están Yuria y Verz dos de las atacantes huyen heridas por el ataque de Yuria, la otra no se percata que está sola y ataca a Verz nuevamente usando el látigo, mientras este recoge su espada, el ataque es directo y consigue abrir la piel de a Verz quien levanta su espada y en un solo movimiento ha logrado atravesar por el pecho a su atacante la cual cae de rodillas, verz sin soltar la empuñadura coloca su pie en el hombro derecho en el cadá-ver de aquella , nota que esta es humana y la empuja hacia atrás sacando violentamente la espada de su cuerpo. Del otro lado de la carreta Eddart esta espalda contra espalda con Jack, la mujer enfrente de Jack se agacha dando le una patada en el talón que hace que pierda el equilibrio y caiga, da un giro en el suelo y golpea nuevamente con su daga encontrando su objetivo en e la pierna de la mujer. Eddart tiene enfrente a dos, ambas intentan golpearlo con sus látigos al mismo tiempo, pero el aprovecha su tamaño y esquiva el primer golpe, el segundo látigo golpea la tierra y Eddart consigue atraparlo con la mano izquierda al rebotar, lo jala con toda su fuerza haciendo que la mujer resbale, y con la mano derecha le clava el hacha directa a la cabeza partiéndosela en dos. Zela enfoca al siguiente objetivo, lo tiene en la mira, será solo un disparo, quiere dar directo a la cabeza, en el momento que suelta la flecha un proyectil la impacta en el hombro izquierdo provocando que la flecha de Zela salga desviada del objetivo. Zela cae se desploma del techo de la carreta a la zona en donde están Eddart y Jack. Las dos atacantes que quedaron en pie emprenden la huida una hacia el frente y la otra, la que va herida por la daga de Jack hacia atrás. Nize lanza una bola de fuego hacia una de las que huyo al frente pero no alcanza a darle. Jack se olvida de la que hirió y corre hacia Zela, que ya hace sangrante en el suelo, Yuria, Verz y Arigot llegan a la zona. Yuria pide que le den paso, le pide ayuda a Verz para extraer la flecha a lo que este accede, después coloca sus manos sobre Zela y la herida deja de sangrar, aunque sigue doliendo. –parece que tardara un poco en cerrar, pero te pondrás bien, –dice Yuria sonriendo. –lamento lo que he dicho antes, en verdad te has ganado mi respeto –dice Verz a Yuria. –No hay problema pasa todo el tiempo, –dice Yuria–, ahora déjame ver eso. Yuria toca las heridas que los látigos le hicieron a Verz, estas sanan al momento y el dolor desaparece, acto seguido hace lo mismo con la herida que sufrió Jack. –Sabía que era poderosa, –piensa Nize que en ese momento se acerca al grupo. –oigan necesito que me ayuden a retirar el caballo muerto y que los alineen para poder seguir. –dice. Verz, Eddart y Aragot Acuden al llamado, mientras Jack y Yuria ayudan a Zela a subir a la carreta. –¿Quiénes eran esas? –pregunta Verz a Nize. –Se llaman Painmakers y tienen que ver con el objetivo de nuestra misión, pero por ahora lo mejor será evitarlas, aunque no sé porque nos atacaron, tal vez nos confundieron con una carreta de mercancías, –contesto Nize. –¿Painmakers?, nunca había oído hablar de ellas, Dijo Arigot. –Sirvientes de Loviatar la diosa de la peste dolor y el sufrimiento. –dijo Eddart. Verz se acercó al c*****r de la elfa que había matado Arigot, aparte del tatuaje noto que su cuerpo tenía varias laceraciones, el c*****r ardió en llamas ante sus ojos. Nize la causante de eso se acercó, detrás de él, será mejor cerciorarnos de que estén bien muertas, dio la vuelta a la carreta, quemando los tres c*******s restantes, la que mato Verz, la que maro Eddart y la que había matado ella, luego lanzo una bola de fuego hacia la que mato Zela. Verz estaba sorprendido, el no conocía nada sobre la magia y nunca había visto una piromante en su vida. –Y que tienen que ver las Painmakers en esta misión, –dijo Verz. Zela lo miro con curiosidad, sonrió y luego le respondió: –todo a su tiempo. Joven mercenario, todo a su tiempo.

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