Corrí hacia el baño, la segunda vez en lo que iba de la mañana. ¡Malditos síntomas! —¿Estás bien?—me preguntó Danais mientras enjuagaba mi boca. —Náuseas, solo eso. Creo que ya se me hace normal. ¿Tienes algo dulce? —No, pero mi jefe sí. Espera, voy a su escritorio y tomo uno. No está en la oficina.—salió primero que yo del baño, me quedé pasando mi mano húmeda por mi cara, para que no se viera tan pálida. Hace dos semanas que Matías me había conseguido este trabajo, era secretaria, me pagaban bien y más que nada, estaba tranquila, con buenos ingresos, Matías a mi lado y un bebé creciendo en mi vientre. Hace unos días vi a Dafne, cuando cumplió sus tres años, estaba muy feliz de verme, pero luego muy triste al despedirse, era doloroso verla llorar por no querer apartarse, por no