Verla así, sin reconocer a nadie y estar tan tranquila, era muy extraño. Estaba diferente, pues obviamente no recordaba a nadie, a ninguno de nosotros o el momento en el que desapareció. Algunas veces creí que Matías iba a volver a ser el mismo cuando encontraran a Michelle, sobre todo en los últimos días. Creí que con el regreso de ella, todo volvería a la normalidad. ¡Es su esposa! ¡La que tanto buscó! ¡La madre de su hija! Pero con el regreso de Michelle, de él solo desapareció la culpa, nada más. —¿Quieres algo de tomar?—le pregunté a Michelle. Ya no me estaba quedando en su casa, Dafne estaría bien y Adriana no estaba allí, a saber a dónde la había llevado Matías. Seguro que en este momento estaban juntos. —No, estoy bien. Recuerdo perfectamente que el matrimonio, las últim