Cuando Nirella llegó a la ciudad todos se le quedaban viendo y murmuraban a su paso , y la señalaban con el dedo.
Mira la mujer que el emperador repudia, como se atreve a venir a la ciudad, yo en su lugar ya me habría ido lejos.
Solo unos meses atrás esas mismas personas que ahora la señalaban con el dedo eran las mismas que le habían dado la enhorabuena el día de su boda.
Nirella se sintió asqueada por lo ruin y vil que había sido Jonas, ella había firmado esa mañana el divorcio y él se había encargado que todos lo supieran.
Ella busco una posada para pasar la noche pero en ninguna fue bien recibida, en todas le decían que estaban llenos y que no podían darle ninguna habitación, pero cuando ella se daba la vuelta ellos comenzaban a decir.
__ Esa es la mujer que el emperador desprecia, jamás dejaría que se quedara en mi negocio.
Nirella al ver que no iba a encontrar ningún lugar que la recibiera, alquilo un carruaje y fue a la casa de algunas de sus amigas, pero todas se negaron a recibirla.
Al final el único que le mostró amabilidad fue el cochero .
__ En este lugar ya no es bienvenida, quizá debería volver a su casa.
Le dijo.
__ No tengo una casa a la cual volver, ni siquiera un lugar donde pasar la noche. Le contestó Nirella mientras las lágrimas amenazaban con rodar por sus mejillas.
El cochero sintió lastima por Nirella y le dijo. __ Si quiere puede alojarse en mi casa, mi esposa es una mujer amable y no creo que se oponga.
Nirella sonrió con tristeza y le dijo. __ Le agradecería mucho si hace eso.
La casa del cochero estaba a las afueras de la ciudad, la casa era pequeña, con un huerto en el patio, y con ventanas coloridas, cuándo el cochero se bajo del carruaje le dijo. __ Espere un momento.
El cochero entró en la casa y salió al poco rato junto a una mujer de cabello cobrizo y piel blanca pecosa, ella llevaba en brazos a un bebe, el cochero le dijo que bajará y la mujer se le quedó mirando y le dijo. __ Ha empezado hacer frío, dentro estarás mejor.
Nirella se alegro de ser bien recibida en un lugar y le dijo. __ Gracias.
Y siguió a la mujer al interior de la casa.
Ella le sirvió un plato de sopa y algo de pan y queso, Nirella tenía mas de un día sin comer así que para ella aquella sencilla comida le pareció un banquete.
__ Me llamó Samira, le dijo la mujer, y este es mi hijo Dani.
__ Mi nombre es Nirella, le contestó.
__ Lo se, todos saben quien eres.
Nirella suspiro y dijo. __ Creo que todos lo saben menos yo.
__ Supongo que debes de estar pasando un momento difícil.
Ella sonrió con tristeza y le dijo.
__ Sabes, todos me han repudiado como si tuviera una enfermedad contagiosa, todos menos tu esposo y tu, gracias por permitirme quedarme aquí.
__ Mi esposo y yo no somos de aquí, así que a nosotros no nos importa quién seas.
Nirella comenzó a llorar y comenzó a decir. __ Siempre he sido una buena hija, fui una buena esposa y una buena amiga, pero todos me han dado la espalda, todos me repudian por algo que ni siquiera yo se.
__ A veces las personas pueden ser terriblemente crueles, le contestó Samira.
Nirella se enjuago las lágrimas y le dijo. __ Supongo que tienes razón, las personas se regocijan con el dolor ajeno.
__ ¿Y que piensas hacer ahora?, Le pregunto.
__ No lo se, creo que iré algún lugar lejos de aquí, quiero empezar desde cero y dejar atrás todo esto.
Samira se le quedó mirando y le dijo. __ Eso será difícil, todo el mundo sabe quien eres.
Nirella también sabía eso, como princesa heredera habían retratos de ella en todo el imperio, y eso haría más difícil su vida.
Ella se miró el cabello y le dijo. __ quizá solo deba cambiar un poco.
Cuándo el cochero regresó a su casa después de haber guardado el carruaje y alimentado a los caballos, Samira le entregó al niño y le dijo.__ Camil sostenlo mientras te sirvo la cena.
Camil sostuvo a su hijo en brazos, le dio un beso en las mejillas regordetas y el bebé sonrió, Camil se sentó en la mesa, y le dijo a Nirella. __ Espero que a su majestad no le moleste compartir la mesa con un humilde cochero.
__ Ahora soy menos que una plebeya, debería de ser yo la que pregunte si no soy una molestia.
__ Para mi es un honor. Le contestó camil con una sonrisa amable.
Samira le sirvió la comida y tomó al niño en brazos.
__ ¿Dónde está tu maleta?, le preguntó Samira.
Nirella bajo la mirada y le respondió. __ No tengo ninguna.
Samira dedujo que Nirella había sido echada de su casa sin siquiera dejarla tomar algo de ropa u objetos personales.
__ No importa, te prestare un vestido, ven.
Nirella dudo un momento en levantarse de la mesa ya que lo considero grosero porque Camil aun seguía comiendo pero a ellos eso no parecía importarles así que se levantó y siguió a Samira.
Ella le mostró una habitación pequeña y le dijo. __ Puedes dormir aquí.
En la habitación solo había una cama, una mesita de noche y un espejo colgado en la pared.
Pero para Nirella que en esos momentos no tenía nada aquella humilde habitación le pareció acogedora y le dijo. __ Gracias.