¿Quieres irte?

1144 Words
Después de presenciar esa discusión entre Peter y Austin, decidí irme, mientras caminaba hacia el parqueo, de repente Peter me cargó sobre sus hombros. —Peter bájame, ¿Que estás pensando?— Le pregunté mientras mi cabeza estaba hacia abajo. —Estoy pensando en que tú no eres de nadie más que no sea yo— Respondió Peter, seguido de darme una nalgada. —Peter estás loco, debes de bajarme ahora mismo— Le dije a gran voz. Peter me subió a su vehículo, estaba locamente celoso. Peter encendió su vehículo y nos fuimos de allí. —Peter ¿A donde me llevas? No quiero ir contigo a ninguna parte— Le dije mientras trataba de abrir la puerta con el vehículo en marcha. Peter no respondió, ni siquiera me miraba al yo hablarle, era como una estatua. Unos veinte minutos después estábamos en la mansión de Peter. —¿Que hacemos aquí?— Pregunté tan pronto vi que llegamos. Peter bajó del vehículo en silencio, me tomó nuevamente en sus hombros, subió la escaleras hasta llegar a la habitación y déjame me caer en la cama. —Peter no quiero estar aquí, quiero irme ahora mismo— Le dije mientras me levantaba de la cama. —No irás a ningún lado, tendrás que quedarte aquí, Laura no soporto verte con ese hombre— Respondió Peter lleno de celos. —Eso no es de tu incumbencia, puedo estar con quien yo quiera, tú y yo estamos ya divorciados— Le respondí un poco desesperada. —¡No importa! Te di el divorcio porque sabía que era necesario pero jamás porque te hubiera dejado de amar, solo me hice responsable de mis malas acciones— —No quiero estar contigo Peter, debes dejarme ir, tú amor ya no me importa, así que en este momento abre esa puerta y déjame ir— Peter no escuchó razones, en vez de dejarme ir, se fue sobre mi llevándome así a su cama, él me besaba intensamente, yo trataba de resistirme, pero la realidad es que lo deseaba como el primer día. —No sigas Peter, no quiero hacer esto, déjame ir por favor— Le respondí mientras disfrutaba de sus besos. Peter se levantó de mi cuerpo y abrió la puerta de la habitación, me sorprendió bastante su actitud pero se que de tanto insistirle lo iba a hacer. —Laura puedes irte si quieres, no voy a obligarte a nada, si no quieres estar aquí, esta bien— —Peter…— —Puedes irte— Respondió Peter con seriedad mientras se entraba al baño. Salí de la habitación y mientras bajaba las escaleras me detuve un minuto, estaba a punto de irme y dejar a Peter, pero decidí no hacerlo, así que regresé a la habitación, me quité la ropa y entré a la ducha de sorpresa. Al Peter verme se sorprendió pero no le di tiempo a que dijera nada, me fui sobre sus labios, solo sabía que lo necesitaba y que deseaba en su totalidad ser suya una y otra vez, sus suaves manos eran las que recorrían mi cuerpo, sus suaves labios recorrían mi cuello, su esbelto cuerpo me hacía desearlo aún más. Unos treinta minutos después estaba vistiéndome, salí de la habitación sin decir una sola palabra, mientras estaba fuera de la mansión esperando un taxi, Peter se ofreció a llevarme nuevamente al parqueo, así que sin dudarlo subí al vehículo. —Eres un tonto Peter, recuerdo que en algún momento te lo dije, y no has dejado de serlo— Le dije con mucha calma. —¿Por qué dices que soy un tonto?—Preguntó Peter con interés. —Si no fuera por tus malas acciones, las cosas entre nosotros fueran bastante diferentes— —¿Eso quiere decir que me amas aún?— —¡No Peter! No te quiero, deberías de mantenerte lejos de mi y dejarme hacer mi vida como yo quería— Le respondí con mucha paciencia. —Te dejaré en paz el día que deje de vivir, el día que ya no exista, el día que todo el mundo entero, incluyendo el cielo sean verdes, ese día te dejaré tranquila y es posible que deje de amarte— Respondió Peter con mucha fuerza. —¡Estás loco Peter!— Respondió con una sonrisa oculta, era obvio que aún amaba a ese hombre pero las cosas no le serían tan fáciles como él pensaba. —¡Ya llegamos! Espero que el resto del día sea muy interesante para ti— Respondió Peter mientras se bajaba del vehículo para abrirme la puerta. —Te agradezco mucho, espero que tengas un feliz día también— Le respondí con una leve sonrisa. —Este fin de semana iré a la hacienda por unos asuntos que tengo que organizar allá, ¿Te gustaría acompañarme?— Preguntó Peter con mucho sentimiento. —¡Gracias por la invitación! Pero no puedo, ademas no quiero dejar a nuestro hijo— —Podemos llevarlo, que nos acompañe, será increíble poder estar junto a ti y a mi hijo— Dijo Peter casi suplicando. —Lo siento Peter no puedo, ademas tengo que prepararme para mi nuevo trabajo, así que no podré acompañarte aunque quisiera— —¿Trabajo? Laura no necesitas trabajar, ¿Que empresa te contrato?— Preguntó Peter sorprendido. —No te lo diré, tienes tanto control de todo, que te creo capaz de que hagas que pierda ese trabajo, así que lo siento mucho— —Laura de todos modos me voy a enterar, así que mejor dime por favor— Respondió Peter con un poco de confusión, él no quería que yo trabajara. No le respondí, solo me subí en mi vehículo y dejé a Peter ahí parado. Me fui pensando en cómo ese hombre aún me descontrolaba, cada vez que lo tenía cerca era una poesía para mis oídos, pero no podía regresar a sus brazos con tanta facilidad, prefiero mejor verlo luchar por mi y que ahora si me crea toda la vida.
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