—¿Qué haces aquí? no deberías estar de “luna de miel”
Dijo riendo Gabriel la cara de su hermana, no era la mejor.
Emily puso los ojos en blanco, cruzando los brazos, sabía lo irónico que podría llegar a ser su hermano.
— Sabes que el “amor” — dijo asiendo señas con sus dedos— no reina en este matrimonio Gabriel ¿No tienes nada que hacer? ¿No trabajas? o tu trabajo es molestarme apenas llego.
El mencionado río sarcástico
— Estoy aquí porque necesito hablar contigo en serio, el circo era ayer, hoy es la vida real y hay cosas que aclarar.
Emily se tensó un poco entendía a que se refería su hermano, pero no quería arrastrarlo a sus desdichas.
— Hermanito, hermanito no te preocupes por mí, el palacio de las Peonias es muy grande y mi querido «esposo», se va a su departamento, así que no tienes nada de que preocuparte.
— Eso es lo que me preocupa, investigue a ese tipo que pensabas que me iba a quedar cruzado de brazos, no puedo mientras la vida de mi hermana se hace un 8 ¿Sabes que él tiene novia?
Emily asintió con la cabeza.
Se jalaba el cabello, estaba al borde de un colapso ¿Qué tan estúpida podría llegar a ser su hermana o era que el amor los ponía así?
—Lo confirmé ayer — suspiro— al salir de la ceremonia me fui sola al palacio de las Peonias y él llegó muy tarde obvio no me importa, pero el teatrito hay que hacerlo bien. ¿No?
Ahora fue el turno de Gabriel de rodar los ojos
— ¿Puedes aclararme como iba ese dichoso acuerdo legal entre ustedes? no me quedo muy claro.
Emily respiro hondo y empezó a contarle todo, no había de otra su hermano era terco y no dejaría el tema hasta que se lo contará.
—Es como un contrato, para poder convivir sin matarnos
Rio ante esa mención, realmente sin eso no podría.
Mientras ella le contaba los pormenores del acuerdo y todo lo ocurrido anoche a su hermano, de poco le iba aumentando su ira quería matar a ese estúpido Larson ¡como osaba tratar así a su hermana!
— Solo contéstame algo, sé muy sincera ¿Qué tanto te afecta esto? tú amas a ese idiota, aunque ese no te dé ni la hora.
Emily se entristeció un poco al escuchar eso, pero respondió con una pequeña sonrisa a su hermano menor. Mirando por el ventanal de su oficina habló
— Todo lo encerré en mi corazón y boté la llave, ya no saldrá más, se hundirá en el fondo y no resurgirá, no hay porque alarmarse.
Volvió a sonreírle a su hermano, pero ahora a lo grande y lo abrazo cosa que Gabriel no rechazo, adoraba a su hermana, aunque nunca lo dijera, mataría por esa cabeza hueca.
Emily lo miró fijo a esos ojos violetas y no tuvo que decir una palabra él entendió lo que decía, siempre fueron así, desde niños su dolor era el de ella y viceversa.
Emily le hablo con dulzura, el ya sabia que le pediría algo.
— Hermanito te pido un favor, haz que traigan mi auto, en verdad esa casa queda muy lejos y si tomo taxi todos los días quedaré en banca rota.
Gabriel soltó el abrazo y arqueo una ceja
— ¿Por qué no usas los autos de los Larson? No creo que sean tan tacaños como para no darte uno
— Sabes que a mí me gusta tener mis cosas, no usar las cosas que no son mías o que no me lo haya ganado yo.
— Porque no recordabas eso cuando vivías en la casa, hubiera sido de ayuda
Comentó Gabriel cruzándose de brazos.
Emily se rio muy fuerte, y un rato después se calmó.
— Además, recuerda bien que yo solo me case por la agencia, no necesito su dinero, yo puedo ganar el mío y mantenerme
Sentenció firme. Gabriel suspiró, conocía muy bien a su hermana demasiado bien y no iba a cambiar de opinión, se levantó para irse y paro en la puerta
— En la tarde lo tendrás aquí
Sin más se fue con un pesar muy grande en el corazón, sabía que su hermana estaba sufriendo.
Después de una mañana muy ajetreada y llena de emociones no tan saludables, decidió ir a comer con Wendy a ver si así le podía quitar el mal humor, aunque era imposible.
La reunión que tenía con los Larson se aplazó, aún no habían definido algunas faces de su colaboración.
Emily respiro aliviada, por lo menos tenia unas horas restantes para relajarse, antes de encontrarse con ese Larson tan cambiante, solo de pensarlo le dolía la cabeza, la sacudió y siguió con lo suyo.
Emily no sabía que los Larson tenían reglas para todo, ignorante de esto, ya que nadie se lo había dicho y bueno no es que ella hablara con alguien en esa casa.
Se quedó trabajando sin darse cuenta de la hora, todos se habían ido, tenía demasiado trabajo, más aún sumado que ella tenía que ser la que se encargará de la planificación con ellos.
Su celular sonó a las doce en punto, sacándola de su modo trabajo, el cual activaba cuando las fechas se le venían encima.
Cogió su celular sin mirar la pantalla,
— ¡Hola!
— ¿Sabes que hora es? ¿Dónde estás? aún no llegas a casa
Espeto Jayden un tanto irritado, no debería importarle, pero lo hacía y mucho.
Emily se descolocó un poco por la voz del otro lado, pensó primero — ¿Cómo consiguió mi número?— segundo que hacía en la casa, no debería estar con su “adorada Kary”.
Se aclaró un poco la garganta para sonar lo más tranquila posible, aunque estaba en un mar de iras.
—Buenas noches, señor Larson tengo mucho trabajo atrasado, no se a que hora pueda llegar.
— !No puedes demorar más¡, debes estar aquí en casa antes de las 9 pm, es una regla, mandaré al chófer a que te recoja.
— No necesita hacer eso, tengo mi auto, voy saliendo ahora
Colgó no espero respuesta del otro lado. La ira que sentía en ese instante, se acopló muy bien a la que tenía antes, y fúrica cogió su maletín, metió su laptop y unos documentos para seguir trabajando en casa.
Se metió a su auto, ¿Qué pensaba este sujeto? que iba a poder controlarla como se le antoje, estaba muy equivocado con ella las cosas no funcionaban así.
Ella era adulta y más aún era independiente, su matrimonio era una simple formalidad nada más.
No dejaba de hablar y entre ratos gritar dentro de su auto,
— Si cree que por un simple certificado de matrimonio es mi dueño, esta muy equivocado el Larson ese. Además yo no dependo de él y él no depende de mí, somos una mera formalidad, que cree que por su dinero, puede mandarme soy su esposa nominal no su juguete ¡maldito idiota! ¡crees que puedes hacer de mi vida lo que se te antoje!
Ahhhhhh, te odio Jayden Larson, porque tuviste que aparecer en mi vida
dijo golpeando el volante con frustración, mientras Jayden estornudaba