Esa noche casi no puedo dormir, a pesar de estar en un lugar hermoso, como de cuento de princesas, el solo pensar que tal vez ella fallezca y mas pronto de lo que me había imaginado, hace que las lagrimas corran por mi cara. Cuando entro a la habitación con la cara apesadumbrada luego citar a todas las personas que me pidió Johan no dice nada, solo me abraza y deja que llore en su pecho, mientras acaricia mi espalda. — Lo se Amelie, lo se… — ¿Ella hablo contigo ayer? – pregunto con la voz quebrada. — Si, ella hablo conmigo ayer, me pidió algunos favores, cosas que debo hacer cuando ella no este, la lista es larga y pienso cumplirla a cabalidad. — ¿Qué te pidió? — Perdóname – dice en voz apagada – no te lo puedo decir, me pidió que guardara el secreto hasta que algunas cosas es