Yo estaba vuelta un mar de lagrimas mientras llamaba a su familia, a la funeraria y seguía al pie de las letras cada una de las indicaciones que me dejo en su puño y letra, una de las chicas de la cocina me dio un té que me ayudo a entrar en calma, sentía que en cualquier momento me iba a abrir en dos con tanto dolor, Johan estuvo todo el tiempo junto a mí, al punto que asumió algunas de mis tareas, lo malo que creo que una vez pase el funeral estaré sin empleo otra vez. Si, lo sé, yo solo fui su empleada, su asistente por los últimos casi cuatro años, pero es inevitable que no le tome cariño, que la sintiera como parte de mi familia, en especial después de que abrió su corazón y me conto tantas cosas de ella, de su vida, de su experiencia, muchas de ellas ni siquiera su familia las conoc