Miró confundida al castaño, recordando la vez en que había tratado de matarla y la había besado, entonces entendió el mensaje que él quería darle con su voz y esos ojos que volvían a llenarse de ese vacío frío que ella temía. Con ese gesto, sus propios ojos se nublaron, porque jamás se había sentido más humillada en toda su vida. La había desvirgado, para hacer lo último que intentó su amigo… Miró a su alrededor, queriendo actuar rápido, buscó su ropa y halló el top y sostén. Se inclinó hacia un lado para tomarlos y ponérselos, cuando pasó el top por su cabeza, dos lágrimas que no podían seguir escondidas, salieron para rodar traviesamente por sus mejillas. No obstante, ella mantuvo su rostro erguido, para inclinarse hacia abajo y tomar su short y bragas del suelo para ponérselos.