Martes, el peor día de la semana desde el día uno de su consciencia. Venía luego del lunes, el día que se llevaba la felicidad de las personas, él día del sueño durante toda la jornada laboral y estudiantil, ¿pero qué era el martes? Nada, era el día de la resignación porque el viernes estaba demasiado lejos como para tener ganas de soñar con el fin de semana. En resumidas cuentas, el martes era la versión de la semana completa plasmada en un solo día, por eso Katia estaba en la pileta del dragón, mirando como el agua caía tranquilamente desde su boca, aburrida y comenzando a desesperarse nuevamente con el encierro en esa casa y la nula comunicación que tenía. Sabía que cerca de allí había más patio, más por descubrir, pero jamás había sido tan curiosa al nivel de jugar con sus propio